Día 107: Samuel se hace a un lado

INTRODUCCIÓN

  • Leímos los capítulos 9 y 10 donde Samuel ha sido ungido. Recordemos que Ana le ha suplicado a Yahvé que le permita tener un hijo, Yahvé le concede ese hijo y ella tiene ese hijo que se llama Samuel. Así que, muy temprano Samuel es llevado a Elí.

  • Los filisteos atacan a Israel, capturan el Arca. Samuel predica a los israelitas y les dice: “Miren, dejen de adorar ídolos y comiencen a servir a Yahvé”. Y, parece que ellos vuelven su corazón hacia Yahvé, quien somete a los filisteos.

  • Estos hijos de Israel desean tener un rey y Samuel muestra su descontento con esta petición. Les advierte de que un rey los podría oprimir y, sin embargo, Yahvé acepta darles ese rey que ellos pedían. Samuel unge a Saúl para ser rey. Lo vimos ayer y vamos a ver cómo se da su reinado el día de hoy. Veremos si con el tiempo su corazón se hace obediente a Dios, o qué pasa.

  • Estamos leyendo este libro donde se relata el ministerio del profeta Samuel, quien restaura la ley y el orden y cómo ayuda a que el pueblo regrese a Yahvé. Pero es más la historia de los Reyes, de Saul, de David y de Salomón. Veremos que es importante que estos Reyes honren a Yahvé, porque el que honra Yahvé es bendecido, pero el que no, parece que es despreciado. En otras palabras, a quien el Señor bendice, esa persona debe honrar a Yahvé, debe guardar sus mandamientos y los que no lo honren, pues parece que no van a recibir sus bendiciones.

  • Hoy estaremos leyendo el Primer Libro de Samuel, capítulos 11 y 12; Salmo 55. Este es el día 107.

PUNTOS CLAVE

  • Ya el rey es oficial. Está plenamente en furor. Se da una confrontación donde hay victoria. Así que, el pueblo ratificará a Saúl como su rey, será su señor. Pero al mismo tiempo, Samuel sigue con la tristeza de su corazón. Hay algo en él que definitivamente no lo deja avanzar.

  • Después de que los israelitas han insistido en tener este rey que los gobernará, Yahvé guía a Samuel. Y ya sabemos, está revelado que Saúl es el rey, el líder terrenal, pero ¿será que ese líder terrenal los puede acercar a Yahvé?

  • Hoy vimos que después de que Saúl lleva a Israel a la victoria en la batalla contra los Amonitas, ellos se reúnen y lo confirman rey. Tendríamos que preguntarnos nosotros ¿qué pedimos a Dios el día de hoy, si queremos un Dios terrenal o si queremos que Dios sea nuestro rey desde el cielo? Pidamos que podamos ver lo que significa el tener a un Dios que quiera reinar en nuestras vidas.

  • Recordemos que Samuel había advertido de los peligros que tiene un rey terrenal, pero la gente sigue insistiendo en que quieren tener un rey que los gobierne.

  • A veces se nos olvida decirle al Señor: “Señor, te quiero pedir ¿cómo puedo descubrir tu ley, tus mandamientos, tu voluntad en mi vida? Señor, ¿cómo puedo aprender de cada una de mis experiencias?¿cómo puedo aprender a servir, no a los reinos de este mundo, si no a tu reino, para que en este mundo empieces a reinar tú y no nuestra voluntad? ¿Por qué, Señor, hoy no nos llamas y sigues llamando a personas a que sirvamos a ese reino que quisiste establecer a través de la inspiración que diste a todos tus siervos a través de tu Espíritu Santo que nos guía?

  • Señor hoy acudimos a ti para pedir dirección, para encontrar, no los asnos y asnas que se han perdido, no para dar una batalla contra otro pueblo, sino para encontrar a todos nuestros hermanos y hermanas que andan perdidos y que no saben de ti, para que podamos dar la batalla contra la tentación y salir en victoria porque contigo siempre hay victoria.

  • Señor, ayúdanos hoy a saber que tú eres nuestro único rey. En ti podemos disfrutar de la alegría de ser tu pueblo. Señor, que tu Espíritu —que vino sobre Saúl— venga sobre nosotros. Hemos visto qué tu Espíritu hizo un cambio positivo en Saúl. Señor, así que hoy manda tu Espíritu para que nos hagas hombres nuevos, para que nos des un corazón nuevo, para que adquiramos un poder, pero que sea el poder de servir. Que podamos servir y podamos entregarnos de corazón a ti, podamos servir con honradez y verdad a tu pueblo”.

ORACIÓN FINAL DE Fr. SERGIO

"Padre bueno y misericordioso, hemos aprendido tanto y tanto de estos hombres que no nos queda otra cosa que decir que tú eres nuestro rey, nuestro Dios y Señor. Y a ti que estás escuchando este podcast, te pido por favor que también, no sólo ores en silencio, o en voz alta, sino que clame al Señor para que tanto a ti como a mí el Señor nos haga fieles a proclamar su palabra cada día, para que seamos fieles a este ministerio de ser los nuevos proclamadores de la palabra del Señor, para que podamos vivir con fe esto que hemos leído, lo que compartimos, para que no sólo yo, sino tú también puedas enseñar esto que estamos leyendo, esto que estamos compartiendo y que podamos cumplir lo que se nos da en esta palabra. Y que la bendición de Dios todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. ¡Que Dios los bendiga!"

COMENTARIOS ADICIONALES


1S 11,1-15 "Victoria de Saúl sobre los Amonitas"

"La victoria contra los amonitas fue rotunda y proporcionó a Saúl el reconocimiento definitivo como rey de Israel. De esta forma Saúl llega al trono con el asentimiento de todos: de los más religiosos, al ser ungido ritualmente por Samuel (10,1-16), de la gente sencilla al comprobar que la suerte sagrada había recaído sobre él (10,17-27), y de las clases dirigentes al experimentar que fue invadido por el espíritu de Dios para derrotar a los enemigo de Israel (11,1-15).

Najás imponía a sus vasallos que se arrancaran el ojo derecho. De esta forma garantizaba que no se sublevaran contra él, pues, tal como se hacían entonces las guerras, el ojo derecho resultaba imprescindible para la lucha al quedar el izquierdo tapado con el escudo. Según un fragmento encontrado en Qumrán, Najás ya había aplicado esta práctica a los hombres de Gad y a los de Rubén.

La ceremonia de Guilgal recuerda la asamblea de Mispá (10,17) y confirma que la institución monárquica terminó siendo aceptada por todo el pueblo. Con las ceremonias rituales y los sacrificios se confiesa una vez más que el rey está obligado como sus súbditos a dar culto a Dios."

(Comentario tomado de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, edición Latinoamericana, versión electrónica).