Día 31: Dios envía las ranas, los mosquitos y los tábanos
INTRODUCCIÓN
Hay cosas maravillosas en estas lecturas del día de hoy. Estamos viendo lo que pasa en Egipto, cómo llegan las plagas y hoy llega una interesante que la estamos narrando desde ayer, las ranas. Y ¿qué pasa con el faraón? Ya se le convirtió en sangre el río y en las aguas hoy le llegan las ranas, y su corazón sigue duro, entonces van a llegar los piojos y Dios lo va a seguir humillando en su orgullo de faraón, y Egipto sigue siendo atacado. Llegarán enjambres de insectos y Moisés sigue como intercesor, pero el corazón del faraón duro, duro, duro. Las plagas empiezan a asolar la tierra de Egipto y Dios está dirigiendo este ataque que más que contra el pueblo es contra esa idolatría, que tienen allí.
Así que hoy veremos ranas por todas partes, en las camas, en las cocinas, en las salas de las viviendas. Y también vamos a recordar que el corazón del faraón está obstinado, él no quiere ceder. Yo hubiera soltado todo apenas veo que el río se convierte en sangre, hubiera empezó a reflexionar y darme cuenta que Yahvé tiene algo que decirme; y lo veíamos claramente ayer que el faraón decía: “Bueno no, no van a salir de acá” y ¿cuál era la respuesta de Dios? Que el faraón va a conocer quién es el Señor.
Así que continuemos hoy y abramos nuestro corazón con humildad para permitir que esta palabra siga tocando nuestras vidas, que nos siga iluminando.
ORACIÓN INICIAL
Padre de amor y misericordia tú qué haces elocuente la lengua a los niños, educa también la mía infunde en mis labios la gracia de tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo. E invoquemos juntos al Espíritu Santo hoy, para que abra nuestra mente y abra nuestro corazón y así podamos gozar de la palabra de Dios en nuestras vidas hoy.
PUNTOS CLAVES
Esta historia es cada día más interesante, no sé ustedes, pero a mí me fascina lo que está pasando. Llegamos rápidamente a este capítulo 8 y nos damos cuenta de que hay cosas devastadoras que traen estas plagas, las ranas saltando por todos lados. Grandes consecuencias, Egipto se ve invadida. Algo que me llama la atención nuevamente, aparecen estos hombres que trabajan para el faraón y pueden reproducir la plaga, lo cual revela un cierto poder que puede ser por allá el de nuestro enemigo, nuestro Satanás que a veces engaña a los seres humanos. Pero, lo que resulta interesante es que podemos observar que estos hechiceros, que estos sabios, fueron capaces de multiplicar las ranas, pero no pudieron eliminarlas y el faraón parece que se deshace de sus casillas y está bien molesto hasta el punto de que puede prometer cualquier cosa y lo hace. Dios lo está obligando a reconocer que Él es El verdadero Dios, pero este hombre parece que se sigue endureciendo en su corazón; se cierra las puertas y no quiere aceptar que este Dios tiene poder. Así que viene una tercera plaga, piojos.
Hasta el momento los hechiceros habían podido hacer tantas cosas con las plagas, pero ahora no pueden hacer nada. Por algún motivo, son impotentes para reproducir esta plaga, son impotentes para calmarla y parece que toda su magia es un engaño, que ellos ya no pueden repetir los milagros, y parece que ahora sí y ellos mismos lo dicen: “Aquí está el dedo de Dios.” Hasta los hechiceros tienen que reconocer que Yahvé es el verdadero Dios. Y ya empieza a darse cuenta los egipcios, estos hombres y hasta el mismo faraón, que el único y verdadero Dios, es Yahvé. Que no pueden seguir prestando la atención a esos Dioses falsos en los que ellos confían. Y bueno la palabra de Dios nos va a mostrar que sí tiene poder. Y ya empezamos a ver como ya el corazón de este hombre empieza a tambalear. ¡Ya está tambaleando! Dios confrontando el corazón de este hombre y este hombre un poco negado.
Por otra parte, vemos en el libro de los Levíticos que siguen las maneras de hacer expiación, de hacer sacrificios a Dios. Ante tanta oscuridad en nuestro mundo ¿qué le estamos ofreciendo a Dios? ¿O estamos dejando que nos roben la imagen de Dios? Tantas tal vez no hechicerías, pero tantas imágenes de Dioses falsos que hay hoy en día: de modas, de nueva era, de tantas cosas que nos distraen de la verdadera presencia del único y verdadero Dios, que es Yahvé. Representado en la persona de nuestro Señor Jesucristo; porque es uno solo: es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que vienen a hacer su obra y que ahora nosotros lo podemos llamar y sentirlo cerca.
Por eso hoy los Salmos nos dicen: “Grande es Yahvé y muy digno de alabanza.” ¿Qué tanto has alabado hoy al Señor? ¿Qué tanto lo vas a alabar? ¿Qué tanto te vas a dar cuenta de las maravillas que Dios hace cada día en tu propia vida? Hay mucha gente que está en contra de Dios, que quieren sacarnos a Dios del corazón. A mí me encantan las campañas que se hacen aquí en EE.UU. de mantener a Cristo en la Navidad, quieren cambiarlo por otras imágenes de un hombre que trae regalos o de unos muñecos de nieve y se les olvida que Cristo es el regalo de Dios para la humanidad, que viene a liberarnos. El que viene a darle vista a los ciegos, a darle libertad a los oprimidos, a los cautivos. Por eso el Salmos dice: “Tu amor o Dios evocamos en medio de tu templo, como tu fama o Dios, tu alabanza, alcanza los confines de la tierra.” Ojalá que hoy todas nuestras acciones hablarán jubilosas de lo que Dios ha hecho a nuestras vidas. Que nos levantemos sin tener que decir: “Dios ha sido grande en medio de las dificultades. Ha hecho que nuestro corazón se ablande.” Cuántos de nosotros que hemos pasado por momentos difíciles y nos creíamos capaces de conseguirlo y hacerlo todo. ¿No hemos cambiado después de una dificultad y Dios nos ha hecho más sensibles? Y cuando hemos visto lo duro que es la situación, empezamos a tener un poquito de compasión con aquellos que están sufriendo. Con aquellos que están por caminos difíciles. Por eso hay que contarles a todas las generaciones como lo dice el Salmo: “que este Dios, es nuestro Dios y será nuestro Dios por los siglos de los siglos. Porque él es nuestra guía para siempre.”
Qué tal si le decimos hoy al Señor: “Señor guíanos no queremos seguir más necios, porque cuando nos cerramos a ti hay tanta necesidad parece que las plagas nos consumen. Parece que todo se nos cierra, como que se nos nubla. Queremos alabarte, bendecirte y darle libertad a todos los que están cautivos. Ayúdanos, a no negarnos a esta posibilidad. Ayúdanos, a ser alegría para tantos. Ayúdanos, a que los demás puedan sentir la misma libertad que nosotros sus hijos sentimos. Queremos unirnos a todas las naciones para alabarte, para bendecirte, porque lo que habíamos oído ahora lo hemos visto en nuestras propias vidas. ¡Por eso te alabamos y te buscamos y cantamos tu fama y cantamos tus alabanzas para que alcancen todos los confines del universo!
ORACIÓN FINAL
Padre Bondadoso, sigue tocándonos, sigue transformándonos, que este tiempo que tenemos de encuentro con tu palabra sea de ayuda, sea de bendición. Que permita que muchas personas regresen a ti. Que esos corazones duros, de piedra, sean transformados, que encuentren en Ti el poder de un Dios que es amoroso y fiel, que es compasivo y misericordioso. Que nos invita a dejar atrás el pecado, acercarnos a Ti porque Tú eres bueno y nos estás esperando siempre y sólo quieres que hagamos un pequeño sacrificio, el dejar atrás todo aquello que no nos ayuda a estar contigo, todo aquello que nos aleja de nuestros seres queridos, todo aquello que nos aleja de los demás, porque simplemente con esas acciones les hacemos daño.
A ti, que estás escuchando este programa, este podcast, por favor te pido que hagas una oración hoy por mí, para que yo pueda vivir con fe esto que hemos leído, lo que hemos reflexionado. Para que pueda enseñar la verdad y para que pueda cumplir lo que estoy tratando de enseñar. Y que la bendición de Dios Padre Todopoderoso, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre ¡Dios los bendiga!
PARA MEDITAR
El Salmo 48 nos dice: “Grande es Yahvé y muy digno de alabanza.” Reflexiona en tu propia vida y date cuenta de las maravillas que Dios hace en ti cada día. Eleva una oración de alabanza al Señor por todos Sus beneficios y por Su misericordia para contigo. Si te cuesta comenzar, haz tuyo el salmo de hoy y vuélvelo tu oración. También puedes escuchar unos buenos cantos de alabanza y adoración y cantarlos al Señor.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Lv 6
1093 El Espíritu Santo realiza en la economía sacramental las figuras de la Antigua Alianza. Puesto que la Iglesia de Cristo estaba "preparada maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza" (LG 2), la liturgia de la Iglesia conserva como una parte integrante e irremplazable, haciéndolos suyos, algunos elementos del culto de la Antigua Alianza:
– principalmente la lectura del Antiguo Testamento;
– la oración de los Salmos;
– y sobre todo la memoria de los acontecimientos salvíficos y de las realidades significativas que encontraron su cumplimiento en el misterio de Cristo (la Promesa y la Alianza; el Éxodo y la Pascua; el Reino y el Templo; el Exilio y el Retorno).
1094 Sobre esta armonía de los dos Testamentos (cf DV 14-16) se articula la catequesis pascual del Señor (cf Lc 24,13- 49), y luego la de los Apóstoles y de los Padres de la Iglesia. Esta catequesis pone de manifiesto lo que permanecía oculto bajo la letra del Antiguo Testamento: el misterio de Cristo. Es llamada catequesis "tipológica", porque revela la novedad de Cristo a partir de "figuras" (tipos) que lo anunciaban en los hechos, las palabras y los símbolos de la primera Alianza. Por esta relectura en el Espíritu de Verdad a partir de Cristo, las figuras son explicadas (cf 2 Co 3, 14-16). Así, el diluvio y el arca de Noé prefiguraban la salvación por el Bautismo (cf 1 P 3, 21), y lo mismo la nube, y el paso del mar Rojo; el agua de la roca era la figura de los dones espirituales de Cristo (cf 1 Co 10,1-6); el maná del desierto prefiguraba la Eucaristía "el verdadero Pan del Cielo" (Jn 6,32).
1334 En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio entre las primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador. Pero reciben también una nueva significación en el contexto del Éxodo: los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo del maná del desierto sugerirá siempre a Israel que vive del pan de la Palabra de Dios (Dt 8,3). Finalmente, el pan de cada día es el fruto de la Tierra prometida, prenda de la fidelidad de Dios a sus promesas. El "cáliz de bendición" (1 Co 10,16), al final del banquete pascual de los judíos, añade a la alegría festiva del vino una dimensión escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimiento de Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía dando un sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan y del cáliz.
COMENTARIOS ADICIONALES
Ex 7,25-8,11 - Segunda plaga: las ranas
"La segunda plaga viene descrita como una invasión de ranas y, probablemente, de otros tipos de batracios. El carácter extraordinario y significativo de la intervención divina queda de manifiesto en la inmensa cantidad de estos animales y, sobre todo, en que aparecen y desaparecen siguiendo las indicaciones de Moisés. La finalidad de este hecho prodigioso es dar a conocer que «no hay otro como el Señor, nuestro Dios» (v. 6). Además, la autoridad de Moisés queda fortalecida, puesto que es el intercesor válido ante Dios (v. 9). Conviene notar también que el faraón se plantea por primera vez la posibilidad de dejarles marchar, aunque sea una decisión pasajera y egoísta (v. 4).” (Comentario Sagrada Biblia
Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).
Ex 8,12-15 - Tercera plaga: los mosquitos
"Esta narración suele atribuirse a la «tradición sacerdotal» por el protagonismo de Aarón. El punto culminante de este prodigio es que los magos egipcios no pueden repetirlo y han de reconocer que está presente «el dedo de Dios», cuyo poder supera con creces las artes mágicas (v. 15). De esta manera, la narración de las plagas pone de relieve el reconocimiento progresivo del dominio del Señor. Con la avalancha de mosquitos, la victoria sobre los magos es definitiva; y ya no volverán a enfrentar sus artes mágicas. Pero el faraón continúa obstinado en su negativa.” (Comentario Sagrada Biblia
Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).
Ex 8,16-28 - Cuarta plaga: los tábanos
"La descripción de la plaga de los tábanos quizá proviene de la «tradición yahvista» por su colorido y riqueza de detalles; incluso algunos autores piensan que podría ser una variante del prodigio anterior de los mosquitos. Moisés ha de encontrarse de nuevo con el faraón cuando éste vaya de madrugada al Nilo (cfr 7,15), bien para bañarse o para dar culto al dios del Río. Los insectos, como en la plaga anterior, obedecen a Moisés, en esta ocasión para circunscribirse a los barrios egipcios. La predilección por el pueblo de Israel queda especialmente subrayada. El diálogo entre Moisés y el faraón es importante: Moisés no puede condicionar los planes de Dios; por eso, no cede a la exigencia de ofrecer el sacrificio dentro de los límites de Egipto. La excusa muestra la sabiduría de Moisés, que aduce el rechazo de los egipcios ante los sacrificios de corderos. En todo el relato el autor sagrado hace hincapié en separar al pueblo de Israel; no es como los demás pueblos porque Dios lo ha segregado, lo ha escogido para una misión especial (cfr 19,1-5). El faraón continúa negándose, pero su obstinación se va debilitando.” (Comentario Sagrada Biblia
Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).
Lv 6,1-7,38 - el sacerdote y el holocausto
"En los caps. 6 y 7 se añaden normas rituales de los sacrificios ya enumerados en los caps. 1 al 5. Están destinadas a los sacerdotes, completando así la legislación anterior, que miraba más bien a los oferentes laicos.” (Comentario Sagrada Biblia Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).
Lv 6,7-11 - el sacerdote y la oblación
Se repite lo dicho en el cap. 2 respecto a la oblación de flor de harina. Si alguno que no fuese sacerdote tocaba esta oblación, quedaba santificado o consagrado, debiendo purificarse para poder hacer una vida ordinaria cuyas actividades no se podían ejercer si uno estaba santificado. Como es lógico se trataba de una santidad ritual y no moral. De todas formas, se advierte aquí un contraste con aquellos que quedan santificados, consagrados por el Bautismo instaurado por Cristo. Para ellos no es un obstáculo la actividad de cada día. Al contrario, la consagración o santificación que otorga Jesucristo, no sólo no es incompatible con la vida ordinaria, sino que es precisamente en esa vida cotidiana donde el cristiano ha de esforzarse por conseguir dicha santidad. Así el Concilio Vaticano II exhorta a todos a que se sirvan «también del trabajo para llegar a una mayor santidad, incluso apostólica» (Lumen gentium, n. 41). Con otras palabras, San Josemaría Escrivá enseñaba que hay que santificarse con el trabajo, santificar ese trabajo, y con él santificar a los demás: «No cabe olvidar que el trabajo digno, noble y honesto, en lo humano, puede —¡y debe!— elevarse al orden[…]” (Comentario Sagrada Biblia Universidad de Navarra, Edición Latinoamericana, versión electrónica).