Día 114: David salva a Queilá

INTRODUCCIÓN

  • Ayer vimos cómo David tenía que huir de Saúl. Se va de Israel y llega a Moab. No olvidemos que el padre de David era nieto de Ruth, la cual era moabita. David parece que está asustado. Podríamos pensar que no está bien que uno tenga miedo cuando Dios lo está protegiendo, pero lo mismo le pasó a Abrahán cuando, en tiempos difíciles, también titubeó, tuvo miedo y se fue para Egipto.

  • Es importante que nos demos cuenta de cómo David va a seguir con su misión y va a rescatar a un pueblo. Pero antes, recordemos que ayer leímos en el capítulo 22 cómo Saúl mata a los sacerdotes de Dios. Está paranoico y parece que Saúl tiene en su mente que todo el mundo lo quiere destruir, que todo el mundo lo está persiguiendo y ahora se ha dado cuenta de que hasta su propio hijo le ha sido infiel. Para él, que los sacerdotes de Nob no le hayan dicho nada sobre David es como si se hubieran rebelado contra el rey. Saúl se enteró por boca de Doeg, quien estaba en Nob cuando David llegó allí a hablar con Ajimélec.

  • Saúl decide castigar entonces a estos sacerdotes. El sacerdote Ajimélec le contestó con la verdad a Saúl, diciendo que había tenido motivos más elevados para actuar así y que no fue consciente de que David no había sido honesto con él, pero hizo lo que estaba bien. Estos hombres mueren a manos de Saúl.

  • David siente gran tristeza por haber engañado a Ajimélec, cuando lo hizo creer que estaba cumpliendo una misión para Saúl. De aquí en adelante nos daremos cuenta de que la amargura y la venganza de Saúl serán aún más terribles. Empieza a acabar con la vida de hombres y mujeres inocentes, todo porque siente que debe matar a David. Y, por otro lado, David se va a sentir culpable por estos sacerdotes y concede protección a Abiatar, al hijo de Ajimélec, el sacerdote que lo había ayudado.

  • Hoy estaremos leyendo el capítulo 23 de 1 Samuel y el Salmo 54. Este es el día 114.

PUNTOS CLAVE

  • Saúl sigue amargado y vengativo y no cesa, no quiere parar. Él quiere acabar como sea con David.


  • Vimos a un David que se sentía culpable por la muerte de los sacerdotes y ahora tiene que ayudar a Abiatar. Este capítulo nos deja ver la tragedia que está viviendo Saúl, pues está prisionero de sus propias pasiones que están consumiendo su vida, que están acabando con su alegría. La envidia, el rencor y los celos le están mandando peña abajo, como el que se lanza en un abismo y sabe que se va a estrellar. Parece que su odio lo tiene enceguecido, que lo tiene con una sensación de impotencia y que necesita hacerle daño a alguien y ese alguien es David. Hay mucha agresividad en cada una de sus acciones. Él quiere controlarlo todo.


  • Este episodio nos ayuda a descubrir que los odios no nos llevan a ningún lugar, que estos odios pueden acabar con cualquier buen sentimiento que tengamos hacia los demás.


  • También vemos cómo Yahvé empieza a proteger a David y cómo lo ayuda a que se esconda de Saúl. Es el mismo Yahvé es quién le dice: “Mira, tú has salvado a Queilá, pero estos hombres a los que tú has salvado también te van a traicionar. Así que mejor empieza a escapar”. Y lo que Yahvé ha dicho es realidad. Saúl bajá a perseguir a David y a David le toca continuar huyendo con sus seguidores, los cuales ya se sienten un poquito indispuestos.


  • Jonatán también empieza a buscar la manera de contactar a David. Jonatán reconoce el hecho de que David va a ser el próximo rey y le dice: “Mira, tú serás el rey y yo te ayudaré, yo seré el segundo”. Vemos cómo la humildad y la amistad prevalecen ante todo entre David y Jonatán. Jonatán nunca quiso imponerse como el hijo del Rey. Ha descubierto en su corazón que su amigo parece ser el elegido. Ha descubierto que David es con quien Dios se está complaciendo, en quien ha puesto toda su confianza. Ojalá cada uno de nosotros descubra en sus amigos las bendiciones que ellos tienen, que no nos dé envidia, que no nos dé remordimiento el saber que hay personas que tienen unos dones y nosotros, otros; todo lo contrario, que podamos usar nuestros dones para ayudarnos mutuamente.


  • No nos olvidemos nunca que antes de hacer cualquier acción debemos consultar al Señor, primeramente. David consultó a Yahvé antes de liberar a esta ciudad, a Queilá y el Señor le da órdenes claras. Los filisteos ya estaban robando los granos israelitas, para tratar de que estos se murieran tal vez o se reunieron por el hambre. Pero David actuó para proteger a esta gente. Sin embargo, esta gente no le pagó con la mejor carta al pobre David y a este le toca seguir de fugitivo.


  • Saúl se entera que está en esta ciudad amurallada y dice: “ahora sí puedo capturar David”. Pero lo que se le olvida a Saúl es que Yahvé está protegiendo a su escogido.


  • David consulta de nuevo a Yahvé y le pregunta qué debe hacer, si quedarse en ese lugar, ya que él los ha ayudado y los ha liberado. Yahvé le dice: “Es mejor que te pongas a correr porque estos hombres no te van a pagar bien por bien”.


  • Saúl continúa en su campaña de odio y persecución contra David, por eso baja hasta Queilá. Pero Dios libra a David una y otra vez. David logra escapar de Queilá. Yahvé hace que Saúl desista de perseguir a David, pues hay unos filisteos que están atacando las ciudades que Saúl debe defender.


  • Aunque Saúl persigue a David, esto no impide que su hijo se reúna con David y hagan un pacto. Lo que los verdaderos amigos se prometen, se cumple. Jonatán hoy animó a David y le dijo a David: “Mira mi padre te quiere matar, se opone, está contra la voluntad de Dios, está en rebelión contra Dios. Sin embargo, yo sí estoy dispuesto a cumplir la voluntad de Dios y sé que tú, David, eres un gran hombre. Y yo te dejo crecer, porque yo no soy el escogido". Esto nos puede recordar a Juan el Bautista que dice: “Es necesario que yo disminuya para que Él crezca”.


  • Pidamos hoy por nuestros amigos, que, sin importar las circunstancias de nuestra vida, podamos encontrar ayuda en cada uno de los eventos que tenemos a diario, que tal vez tú y yo podamos salvar a nuestros amigos de la mano del pecado, de la mano del enemigo, y podamos decirles: “Mira, amigo, es Yahvé quién te está salvando. Yo simplemente estoy aquí para revelarte que tú eres un gran hombre, una gran mujer, porque tú puedes salir adelante si haces la voluntad de Dios”.

  • Que tú y yo dejemos que Dios actúe cada día más en nuestras vidas. Que, a través del Espíritu Santo, Él nos siga guiando. Que nos muestre qué batallas debemos dar, cuando debemos huir y simplemente saber que Él está con nosotros, pero que esa batalla no es nuestra, que lo mejor es irnos por otro camino. ¿Cuántas veces no nos hemos metido en batallas que no nos corresponden y nos hemos equivocado y hemos perdido la batalla? Que hoy sea Yahvé quien nos guíe, quien nos de la fuerza para seguir adelante y sobre todo, que la oración sea nuestra principal arma.


ORACIÓN FINAL DE Fr. SERGIO

"Antes de despedirme, les pido ustedes que por favor que oren por mí, y yo oraré para ustedes, para que seamos fieles a este misterio que se nos desarrolla y se nos revela en la Escritura, para que yo pueda seguir adelante con este Ministerio de compartir la Palabra a diario con ustedes, para que ustedes y yo podamos vivir con fe, lo que leemos, lo que compartimos, para que yo pueda enseñar la verdad y que también pueda cumplir lo que he enseñado.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes los acompañe siempre. ¡Que Dios los bendiga!"


COMENTARIOS ADICIONALES

1S 23,1-14 – Persecución de Saúl a David


"David va poco a poco preparando su futuro gobierno. Por una parte fortalece al ejército con las escaramuzas contra los enemigos del pueblo, los filisteos (v. 5), y con la huida prudente de su contrincante personal, Saúl (v. 13). Por otra, consolida el sacerdocio, acudiendo una y otra vez a Abiatar para que en su ministerio consulte al Señor con el efod (vv. 2.4.9). Sobre el efod, cfr nota a Ex 28,6-30.”


1S 23,15-18 – Visita de Jonatán en el desierto de Zif


"Este esporádico encuentro de los amigos David y Jonatán (cfr 18,1; 20,17) es importante por ser el último que tendrán en esta vida y porque en él, a modo de testamento, Jonatán reconoce el destino de David: «Tú reinarás sobre Israel (…). Hasta mi padre Saúl está convencido de esto» (v. 17). La renovación del pacto sagrado (cfr 20,16) fortalece el ánimo de David en momentos en que es víctima de la persecución de Saúl.”


1S 23,19-28 – Nueva persecución


Saúl, guiado por la denuncia traidora de algunos de Zif, está a punto de dar alcance a David, pero una incursión de los filisteos en la parte opuesta del país le hace interrumpir la persecución (v. 28). Hasta los enemigos más irreconciliables parecen favorecer a David, y así queda patente cómo Dios le protege. Es significativo que David, aguerrido soldado al frente de un ejército de valientes, rehúsa enfrentarse con Saúl; pone así de manifiesto que su acceso al trono no será por derrocamiento de su predecesor sino por aclamación del pueblo, cumpliéndose de este modo el designio divino.”


(Comentarios tomado de la Sagrada Biblia Universidad de Navarra, edición Latinoamericana, versión electrónica).