Día 47: El becerro de oro

Evento clave 22: El becerro de oro (Éxodo 32 1-35)

La adoración por parte de Israel del becerro de oro representa una violación del primer mandamiento y una vuelta a la idolatría egipcia. Aunque los israelitas ya no están físicamente en Egipto, sus corazones se quedaron atrás espiritualmente hablando. Aquí, como sucede a menudo en la Biblia, la idolatría está acompañada de inmoralidad sexual.

Evento clave 23: Consagración de los Levitas (Éxodo 32 25-29)

Después de la idolatría del becerro de oro, Moisés pregunta quién está con el Señor, y los levitas dan un paso al frente (cf. Ex 32 29). Aquí, los levitas reciben el privilegio de servir en el santuario junto con los sacerdotes que descienden de Aarón.

INTRODUCCIÓN

Continuamos con el libro del Éxodo. Hoy tenemos un capítulo muy interesante, capítulo 32. Y los temas de este capítulo son preciosos porque vamos a ver como un pueblo que recibe de Dios tantas cosas, le da la espalda de una manera rápida. Tendremos el becerro de oro, cómo se quebranta la ley, pero también algo muy hermoso: el poder de la oración.

Moisés que intercede por su pueblo y el primer incidente que veremos hoy es el becerro de oro. En cuanto los israelitas ven que Moisés se va, construyen un becerro de oro y la gente pensó que Moisés se había ido del todo y que tal vez habría muerto en el intento de hablar con Dios. Este becerro de oro representa la violación del primer mandamiento que es: Amar a Dios sobre todas las cosas. Y nos demuestra cómo este pueblo quiere regresar a la idolatría egipcia y aunque ellos ya no están físicamente en Egipto, parece que sus corazones se han quedado allí, que su espíritu sigue hablando de lo que vivieron en Egipto.

Tal vez a nosotros nos sucede lo mismo. Y veremos a menudo en la Biblia todas estas idolatrías que, no son sólo faltas contra Dios, sino que también ellas vienen con lo que consideramos la inmoralidad sexual. Así que preparémonos para oír la crónica de una tragedia y es ahí donde vemos las más importantes enseñanzas y revelaciones acerca de nuestro Dios, quién es Él de verdad. Ahí es donde conocemos al Dios amoroso y fiel, que tiene mucha misericordia para con nosotros hoy. Moises está ausente y la gente quiere hacer ídolos, dioses que les guíen a través de la marcha en el desierto y, lo que es peor, resulta difícil imaginarse que aquella gente está cayendo en la idolatría y la inmoralidad tan rápidamente y que aparte de eso Aarón sea una pieza clave para que ellos fallen, no están cumpliendo la ley, no están cumpliendo los mandamientos. Y hoy, Aarón —que es el sumo sacerdote— pudiera haberles detenido, pero no lo hizo así. Se dejó arrastrar por la actitud del pueblo, los cuales querían regresar a estos temas de idolatría. Así que escuchemos todas estas reacciones y versículos que tendremos tan importantes hoy.

ORACIÓN INICIAL

Padre de amor y misericordia, Tú qué haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de Tu bendición, Padre, hijo y Espíritu Santo. Y a ti te invito para que pidas el Espíritu Santo para que hoy, podamos abrir nuestra mente y nuestro corazón y nos podamos gozar de esta hermosa palabra que se nos ha proclamado, de este regalo maravilloso del Señor.

PUNTOS CLAVES

  • Estamos frente a temas muy fuertes el día de hoy. Hay traición, hay quebrantamiento de la ley, pero hay oración de parte de Moisés —se postra ante Dios e intercede por el pueblo ¿Qué tiempo habrá transcurrido, entre las grandes promesas que ellos dijeron que iban a cumplir y la gran tradición que se da el día de hoy? La gente piensa que Moisés se ha ido, que tal vez ha muerto, que está ausente y empiezan a hacerse ídolos, dioses, para que los lleven a través del desierto. Se les ha olvidado que es Yahvé el que los sacó y que los ha llevado, y que los está transportando. Y como lo dije al principio, ellos salieron de Egipto, pero su corazón sigue pegado en Egipto, su espíritu está allá, siguen pensando en la idolatría. Resulta difícil imaginarse cómo todavía viendo las grandes cosas que Yavhé hace en sus vidas, caen rápidamente en idolatría y en la inmoralidad. Han olvidado todo lo que Yahvé ha hecho y lo que piden es que se haga un Dios y Aarón se presta para esto. ¡Qué terrible! Podríamos quedarnos pensando ¿qué le pasó a este hombre? No lo entendemos.

  • Es importante destacar qué Dios ha redimido, que ha salvado Israel. Y no porque el pueblo fuese superior o mejor que cualquier otra nación, simplemente Dios los ha escogido a ellos y sabe que es un pueblo obstinado, pero sin embargo Él quiere trabajar con ellos, Él quiere ayudarlos conducirlos por el buen camino. ¿No nos pasa a nosotros lo mismo? A veces estamos cerrados a Dios, a su acción; a veces son nuestros familiares que hablarles de Dios es como echarle agua al río no lo mojamos, es increíble. Pero Dios hace su obra y cuando menos pensamos esas personas son transformadas profundamente. Por eso hoy, esta tentación que vemos en el pueblo hace que Moisés se irrite; Moisés hace que el pueblo entre en razón y los reta. Es difícil, partió las tablas de la ley, lo que dios le había dado. Bastante, bastante violenta la reacción que tiene Moisés, sin embargo Dios quiere encender su ira contra ellos y lo primero que se le ocurre a Moisés es interceder y decirles "no, no por favor no lo hagan."


  • Vemos como hoy los levitas dan ese paso al frente y empiezan a tomar todas estas acciones sacerdotales. Quedan ya como el pueblo sacerdotal, porque están con Yahvé, quieren darle a Yahvé la importancia que debe tener. Es por eso que en el libro de los Levíticos veíamos todas las celebraciones de las fiestas que Yahvé pide para Él, y cómo el pueblo tiene que parar, dejar de hacer cualquier cosa y poner atención a Dios, y estar atentos a lo que Dios quiere a celebrar con Dios sus primicias, sus regalos, sus dones, todo. ¿Estás tú listo para dejar de hacer cosas y darle tu tiempo al Señor? Darle tu tiempo, tu talento, tu tesoro, una vez a la semana. Fijémonos que Dios no nos pide que sean todos los días, pero por lo menos un día a la semana y que tomemos un tiempo especial al año, y por eso a estas fiestas.

  • Nosotros tenemos tiempos muy fuertes y tenemos ahora mismo el tiempo de Cuaresma. Ya vendrá el tiempo de Pascua y llegará la Navidad; y todos estos tiempos que nos presenta el año litúrgico, son para nuestra ayuda para que celebremos a Dios. Hay unos tiempos que son de preparación, como la Cuaresma y el Adviento; y hay unos tiempos de celebración como son la Pascua y la Navidad. Pero a veces ya cuando nos toca celebrar estamos cansados, porque en la Pascua cuando hacemos todos nuestros ritos, parecía que ahí se acabará, pero no, la Pascua se extiende por 50 días, así como se extendían estos 50 días para el pueblo de Israel, así mismo se entiende que se deben extender nuestro tiempo de celebración de qué Cristo ha resucitado.

  • Así que hoy vamos a ver pensar un poquito más en que estos hombres cayeron moralmente, entraron entre los ídolos, pero que hay alguien que los defiende y que intercede por ellos ante Dios, es Moisés. Si alguien está cayendo a tu alrededor, no lo critiques, mejor intercede por ellos y reacciona como Moisés reaccionó, invitando al pueblo a regresar a Dios. Y más adelante, veremos cómo también Moisés, aunque está siempre intercediendo, también cae. Tal vez a veces nosotros criticamos y también podemos caer.


ORACIÓN FINAL

Pidámosle a Dios que sea Su poder el que nos conduce, que sea su poder el que nos transforme, que nos ayude a ser mejores seres humanos y que, en Cristo, tú y yo seamos nuevas criaturas. Gracias por tus oraciones por mí y no dejes de orar para que, cada día yo pueda ser mejor esta misión que el Señor me ha confiado, para que pueda vivir con fe lo que leo y lo que trato de enseñar, para que enseñe siempre la verdad y para que pueda cumplir lo que he enseñado. y que la bendición de Dios todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre ¡Que Dios los bendiga!


PARA MEDITAR

La idolatría es darle el lugar que sólo le corresponde a Dios en nuestro corazón y en nuestra vida a otra persona, cosa, u objeto. En tu oración pregúntate:


  • ¿Cuáles son mis ídolos? ¿A qué ídolos falsos me estoy aferrando? ¿A qué personas o cosas en mi vida le estoy dando el puesto que sólo le corresponde a Dios? ¿Es mi trabajo? ¿Una amistad perniciosa? ¿Fama? ¿Soy yo mismo y mis gustos el ídolo que he erigido en mi corazón?


  • ¿En qué cosas invierto mi tiempo? ¿Le doy a Dios espacio en mi vida constantemente o sólo le dedico un tiempito de vez en cuando, cuando estoy de ganas? ¿Dónde pongo mi tiempo, mi talento y mi tesoro?


CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Ex 32

210 Tras el pecado de Israel, que se apartó de Dios para adorar al becerro de oro (cf. Ex 32), Dios escucha la intercesión de Moisés y acepta marchar en medio de un pueblo infiel, manifestando así su amor (cf. Ex 33,12-17). A Moisés, que pide ver su gloria, Dios le responde: "Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad (belleza) y pronunciaré delante de ti el nombre de YHWH" (Ex 33,18-19). Y el Señor pasa delante de Moisés, y proclama: "Señor, Señor, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad" (Ex 34,5-6). Moisés confiesa entonces que el Señor es un Dios que perdona (cf. Ex 34,9).


La idolatría


2112 El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura recuerda constantemente este rechazo de los “ídolos [...] oro y plata, obra de las manos de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven”. Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza” (Sal 115, 4-5.8; cf. Is 44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19). Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene en la historia.


2113 La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc. “No podéis servir a Dios y al dinero”, dice Jesús (Mt 6, 24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia” (cf Ap 13-14), negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina (cf Gál 5, 20; Ef 5, 5).


2114 La vida humana se unifica en la adoración del Dios Único. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el hombre. El idólatra es el que “aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible noción de Dios” (Orígenes, Contra Celsum, 2, 40).


Ex 32, 1-34, 9

2577 De esta intimidad con el Dios fiel, lento a la ira y rico en amor (cf. Ex 34, 6), Moisés ha sacado la fuerza y la tenacidad de su intercesión. No pide por él, sino por el pueblo que Dios ha reunido. Moisés intercede ya durante el combate con los amalecitas (cf. Ex 17, 8-13) o para obtener la curación de María (cf. Nm 12, 13-14). Pero es sobre todo después de la apostasía del pueblo cuando “se mantiene en la brecha” ante Dios (Sal 106, 23) para salvar al pueblo (cf. Ex 32, 1-34, 9). Los argumentos de su oración (la intercesión es también un combate misterioso) inspirarán la audacia de los grandes orantes tanto del pueblo judío como de la Iglesia. Dios es amor, por tanto es justo y fiel; no puede contradecirse, debe acordarse de sus acciones maravillosas, su gloria está en juego, no puede abandonar al pueblo que lleva su Nombre.


Ex 32, 15

2058 Las “diez palabras” resumen y proclaman la ley de Dios: “Estas palabras dijo el Señor a toda vuestra asamblea, en la montaña, de en medio del fuego, la nube y la densa niebla, con voz potente, y nada más añadió. Luego las escribió en dos tablas de piedra y me las entregó a mí” (Dt 5, 22). Por eso estas dos tablas son llamadas “el Testimonio” (Ex 25, 169, pues contienen las cláusulas de la Alianza establecida entre Dios y su pueblo. Estas “tablas del Testimonio” (Ex 31, 18; 32, 15; 34, 29) se debían depositar en el “arca” (Ex 25, 16; 40, 1-2).


Sal 79, 9

431 En la historia de la salvación, Dios no se ha contentado con librar a Israel de "la casa de servidumbre" (Dt 5, 6) haciéndole salir de Egipto. Él lo salva además de su pecado. Puesto que el pecado es siempre una ofensa hecha a Dios (cf. Sal 51, 6), sólo Él es quien puede absolverlo (cf. Sal 51, 12). Por eso es por lo que Israel, tomando cada vez más conciencia de la universalidad del pecado, ya no podrá buscar la salvación más que en la invocación del nombre de Dios Redentor (cf. Sal 79, 9).


(Todas las citas están tomadas del Catecismo de la Iglesia Católica disponible en línea en el sitio web del Vaticano. https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html)


COMENTARIOS ADICIONALES

Misa matutina transmitida en directo desde la capilla de la Casa Santa Marta. Homilía del Santo Padre Francisco. Jueves, 26 de marzo de 2020.


"Conocer nuestros ídolos"


"En la primera lectura hemos visto la escena del motín del pueblo. Moisés fue al Monte para recibir la Ley: Dios se la dio, en piedra, escrita con su dedo. Pero el pueblo se aburrió y se aglomeró alrededor de Aarón y le dijo: “Pero, este Moisés, hace tiempo que no sabemos dónde está, dónde se ha ido, y estamos sin guía. Haznos un dios para ayudarnos a seguir adelante”. Y Aarón, que más tarde se convirtió en sacerdote de Dios, pero allí era un sacerdote de la estupidez, de los ídolos, dijo: “Pues sí, denme todo el oro y la plata que tengan”, y se lo dieron todo e hicieron ese becerro de oro (cf. Ex 32,1-7).


En el salmo hemos oído el lamento de Dios: «Se hicieron un becerro en Horeb, ante una imagen fundida se postraron, y fueron a cambiar su gloria por la imagen de un buey que come hierba» (Sal 105 (106), 19-20). Y aquí, en este momento, cuando comienza la Lectura: «El Señor dijo a Moisés: “¡Anda, baja!, porque se ha pervertido tu pueblo, el que sacaste del país de Egipto. Bien pronto se han apartado del camino que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: ‘Éste es tu Dios, Israel, el que te ha sacado del país de Egipto’”» (Ex 32, 7-9). ¡Una verdadera apostasía! Del Dios vivo a la idolatría. No tuvieron paciencia para esperar el regreso de Moisés: querían algo nuevo, querían algo, un espectáculo litúrgico, algo...


Sobre esto quisiera mencionar algunas cosas. En primer lugar, esa nostalgia idolátrica en el pueblo: en este caso, pensaba en los ídolos de Egipto, la nostalgia de volver a los ídolos, de volver a lo peor, sin saber esperar al Dios vivo. Esta nostalgia es una enfermedad, también nuestra. Uno comienza a caminar con el entusiasmo de ser libre, pero luego comienzan las quejas: “Bueno, es un momento difícil, el desierto, tengo sed, quiero agua, quiero carne... pero en Egipto comíamos cebollas, cosas buenas y aquí no hay...”. La idolatría es siempre selectiva: te hace pensar en las cosas buenas que te da, pero no te hace ver las cosas malas. En este caso, ellos pensaban en cómo estaban en la mesa, con esas comidas tan buenas que les gustaban tanto, pero olvidaban que esa era la mesa de la esclavitud. La idolatría es selectiva.


Y otra cosa: la idolatría hace que lo pierdas todo. Aarón, para hacer el becerro, les pidió: “Dadme oro y plata”, pero era el oro y la plata que el Señor les había dado cuando les dijo: “Pedid oro a los egipcios en préstamo”, y luego se marcharon con el oro. Es un regalo del Señor, y con el don del Señor fabrican un ídolo (Ex 11,1-9). Y eso es muy feo. Pero este mecanismo también nos sucede a nosotros: cuando tenemos actitudes que nos llevan a la idolatría, nos apegamos a cosas que nos alejan de Dios, porque hacemos otro dios y lo hacemos con los dones que el Señor nos ha dado. Con la inteligencia, con la voluntad, con el amor, con el corazón... estos son los dones propios del Señor que usamos para hacer idolatría.


Sí, algunos de ustedes pueden decirme: “Pero yo no tengo ídolos en casa. Tengo el Crucifijo, la imagen de Nuestra Señora, que no son ídolos...” — No, no: en tu corazón. Y la pregunta que deberíamos hacernos hoy es: ¿cuál es el ídolo que tienes en tu corazón, en mi corazón? Esa salida escondida donde me siento bien, que me aleja del Dios vivo. Y también tenemos una actitud muy astuta con la idolatría: sabemos esconder los ídolos, como hizo Raquel cuando huyó de su padre y los escondió en la silla del camello y entre sus ropas. Nosotros también, entre nuestras ropas del corazón, hemos escondido muchos ídolos.


La pregunta que me gustaría hacer hoy es: ¿cuál es mi ídolo? Mi ídolo de la mundanidad... y la idolatría llega también a la piedad, porque querían el becerro de oro no para hacer un circo: no. Para adorar: “Se postraron ante él” (cf. Sal 105 (106), 19 y Ex 32,8). La idolatría te lleva a una religiosidad equivocada, es más: muchas veces la mundanidad, que es idolatría, te hace transformar la celebración de un sacramento en una fiesta mundana. Un ejemplo: no sé, pienso, pensemos, no lo sé, imaginémonos la celebración de una boda. No sabes si es un sacramento donde los recién casados realmente dan todo y se aman ante Dios y prometen ser fieles ante Dios y recibir la gracia de Dios, o es una exhibición de modelos, cómo se viste ese o el otro o el de más allá... la mundanidad. Es una idolatría. Este es un ejemplo. Porque la idolatría no se detiene: siempre continúa.


Hoy la pregunta que me gustaría hacer a todos nosotros, a todos: ¿cuáles son mis ídolos? Cada uno tiene el suyo. ¿Cuáles son mis ídolos? Donde los escondo. Y que el Señor no nos encuentre, al final de nuestras vidas, y diga de cada uno de nosotros: “Te has pervertido. Te has desviado del camino que te había indicado. Te has postrado ante un ídolo”.


(Tomado del sitio web del Vaticano. Accesado el día 16 de febrero de 2022. https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2020/documents/papa-francesco-cotidie_20200326_conoscere-inostri-idoli.html)


Audiencia General del Santo Padre Juan Pablo II. Miércoles 14 de abril de 1999.


"Testimoniar a Dios Padre es la respuesta cristiana al ateísmo"


[Ateísmo e idolatría de la creación]


"Más que de ateísmo, la Biblia habla de impiedad e idolatría. Impío e idólatra es quien, en vez de Dios, prefiere una serie de productos humanos, considerados falsamente divinos, vivos y activos. Se dedican largas invectivas proféticas contra la impotencia de los ídolos y, a la vez, contra quienes los fabrican. Con vehemencia dialéctica contraponen a la vacuidad e ineptitud de los ídolos fabricados por el hombre el poder del Dios creador y hacedor de prodigios (cf. Is 44, 920; Jr 10, 116).


Esta doctrina alcanza su desarrollo más amplio en el libro de la Sabiduría (cf. Sb 1315), donde se presenta el camino, que después evocará san Pablo (cf. Rm 1, 1823), del conocimiento de Dios a partir de las cosas creadas. Ser «ateo» significa entonces no conocer la verdadera naturaleza de la realidad creada, sino darle un valor absoluto y, por eso mismo, «idolatrarla», en lugar de considerarla como huella del Creador y camino que lleva a él.


El ateísmo puede incluso convertirse en una forma de ideología intolerante, como demuestra la historia. En los dos últimos siglos ha habido corrientes de ateísmo teórico que han negado a Dios en nombre de una supuesta autonomía absoluta o del hombre o de la naturaleza o de la ciencia. Es lo que pone de relieve el Catecismo de la Iglesia católica: «Con frecuencia el ateísmo se funda en una concepción falsa de la autonomía humana, llevada hasta el rechazo de toda dependencia con respecto a Dios» (n. 2126).


Este ateísmo sistemático se ha impuesto durante decenios, creando la ilusión de que, eliminando a Dios, el hombre sería más libre, tanto psicológica como socialmente. Las principales objeciones que se hacen sobre todo a la figura de Dios Padre se basan en la idea de que la religión constituiría para los hombres un valor de tipo compensatorio. Después de eliminar la imagen del padre terreno, el hombre adulto proyectaría en Dios la exigencia de un padre amplificado, del que a su vez ha de liberarse, porque impediría el proceso de maduración de los seres humanos.


Frente a las formas de ateísmo y a sus motivaciones ideológicas, ¿cuál es la actitud de la Iglesia? La Iglesia no desprecia el estudio serio de los componentes psicológicos y sociológicos del fenómeno religioso, pero rechaza con firmeza la interpretación de la religiosidad como proyección de la psique humana o como resultado de condiciones sociológicas. En efecto, la auténtica experiencia religiosa no es expresión de infantilismo, sino actitud madura y noble de acogida de Dios, que responde a la exigencia de significado global de la vida y compromete responsablemente al hombre a construir una sociedad mejor."


(Tomado del sitio web del Vaticano. Accesado el día 16 de febrero de 2022. https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1999/documents/hf_jp-ii_aud_14041999.html)