Día 29: Moisés regresa a Egipto
Día 29: Moisés regresa a Egipto
Éxodo 3; Levítico 2-3; Salmo 45.
INTRODUCCIÓN
Hoy vamos a continuar con Moisés. Cómo él va de regreso a Egipto y vamos a ver la manera maravillosa como Dios va a actuar en su vida. Aunque este hombre tiene ciertos recelos, la mente de Moisés está llena de preguntas. Parece que tiene muchos obstáculos por superar. Pero Dios, en su bondad, en su misericordia, siempre tiene respuesta para cada uno sus objeciones, para que él pueda sobrellevar cualquier obstáculo. Dios le estaba diciendo a Moisés que quería que fuera su mano, que quería que fuera su boca, y Dios le promete estar cerca de él. Le dice, “mira, yo te voy a enseñar, te voy a guiar y te voy a poner las palabras en tu boca, las que tienes que decir”. Así que debemos fijarnos como siempre Dios provee en nuestro corazón, de una manera muy íntima, como provee también en nuestra mente. Pero, para eso, nosotros tenemos que abrir el corazón y dejar que Dios lo posea y eso es lo que hoy Moisés tiene que hacer. Así que miremos como él trata de encontrar un sustituto, cómo busca un portavoz y hay varias objeciones de su parte. Él no se siente fuerte para conducir a Israel fuera de Egipto. Tiene incredulidad de lo que pueda pasar. Dice que su boca no tiene elocuencia, que tienen muchos problemas y Dios le da señales milagrosas, una vara que se va a convertir en serpiente, la mano con lepra, muchas cosas. Hoy veremos también cómo Aaron se convierte en portavoz. Estaremos leyendo Éxodo 4 y 5, Levítico 4 y el Salmo 46. Este es el día 29.
ORACIÓN INICIAL
Padre de amor y misericordia, Tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía e infunde en mis labios la gracia de Tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y te quiero invitar para que pidas conmigo, pidamos juntos, que el Espíritu Santo abra nuestra mente, abra nuestro corazón, para que podamos gustar de la palabra de Dios en nuestras vidas hoy.
PUNTOS CLAVES
Continuamos con nuestros capítulos de hoy. Muy interesantes. Conocimos hace un par de días a Moisés. Ya ha tenido el encuentro con la zarza que está ardiendo, ya se le ha encomendado una misión y es la de liberar al pueblo que está oprimido por Egipto. Y Moisés se mira a sí mismo y dice, “Yo creo que no voy a ser esa persona. Esta es una misión muy grande ¿Qué puedo hacer?”. Y hoy nos damos cuenta de que su mente sigue en negación y su corazón también y Dios está esperando que ese corazón se abra ¿Cuántas veces Dios nos ha dado una misión a nosotros también, nos cerramos y pensamos que somos incapaces? Y él empieza a mostrarnos tantas señales dé que Él está con nosotros y nosotros todavía dudamos. Hoy le dice a Moisés, “mira, esa vara que llevas en la mano, tírala al piso” y se convierte en una serpiente. Moisés se asusta y Yahvé le dice, “tómala por la cola”. Y se convierte otra vez en una vara. ¡Gran prodigio! ¿Cuántos no quisiéramos ver un prodigio de esos en nuestros días? Queremos cosas espectaculares y se nos olvida que el sólo hecho de haber amanecido vivos hoy es otra señal que Dios nos da. El hecho de tener salud ya es otra señal que Dios nos da. El hecho de tener posibilidades de tener un techo, una familia, algo de pan en nuestra mesa, ya es una bendición. Dios siempre nos está demostrando con milagros lo que puede realizar, cómo Él puede cumplir los propósitos.
Así qué comenzamos estos relatos, muy interesantes, donde Dios ofrece pruebas de su poder y las muestra para decir, “Oye, la misión que te estoy dando, no es tuya, es mía. Así que no tengas miedo”. Por eso hoy, aunque le ha mostrado la vara a Moisés, le dice, “Coloca tu mano en el pecho, métela entre tus ropas”. La está metiendo cerca el corazón, porque no sólo quiere darle una vara en la mano para que él pueda hacer cosas, sino que Dios quiere tocar el corazón de Moisés. Está tratando de decirle —cuando él mete su mano se convierte en lepra y la muestra— cómo puede limpiar no sólo esa mano, sino cómo puede volver a limpiar el corazón del hombre. Esto es maravilloso.
Dios le está diciendo a Moisés que Él quiere poseer su mano, que quiere poseer su corazón, que lo quiere poseer a él. Y Moisés sigue cerrado. Es más, le dice a Dios, "mira, tengo muchas objeciones. Yo no soy elocuente, tengo dificultades en hablar, en expresarme." Y Dios le dice, “Tranquilo yo voy a comunicarme a través de ti. No te afanes”. Y él dice, “no, pon a alguien más”. Y así es como Aaron se convierte en ese portavoz de Moisés. Dios le estaba diciendo a Moisés que no sólo quería sus manos, sino su corazón, su boca. Lo quería entero y le prometía estar cerca de él y guiarlo. Y este hombre está en negación y quiere encontrar a un sustituto; así es como aparece Aaron.
Hoy, Aarón sale al encuentro de su hermano. Moisés le cuenta las historias, comparten y Aarón se convierte en portavoz de Moisés. Claro, siempre podemos poner objeciones. "¿Cómo vamos a sacar a este pueblo? No tenemos la posibilidad que el pueblo crea en nosotros, no tenemos la elocuencia" y Dios va respondiendo. Dios da poder a aquellos que se rinden a él. Así que tú ríndete. Dile, “Señor, dame lo que necesito para salir adelante como madre, como padre, como trabajador, como hijo, como estudiante”, cualquiera que sea tu misión.
Hoy Moisés y Aarón se convierten en portavoces. Pero el Señor les está pidiendo que se rindan a Él, que se entreguen a Él, y es por eso que pueden ir y hablar con los ancianos y los ancianos le creen y, por supuesto, no todo es color de rosa. He insistido en eso una y otra vez. Vienen grandes problemas. La gente va a ser oprimida, van a tener miedo, porque ahora el Faraón les va a poner más trabajo. La gente se queja y es la manera como el Señor va a seguir mostrando su poder y su Gloria.
Vienen grandes cosas en estos capítulos y es por eso que también estamos viendo en el libro del Levítico todos estos ritos, que son para purificarnos, porque, para hacer cualquier misión, tenemos que estar listos, tenemos que purificarnos, tenemos que alistar nuestro corazón. Pero, más que prepararnos, debemos confiar. Por eso hoy el Salmo 46 nos recordaba que Dios es nuestro refugio y fortaleza. ¿Por qué no confiar todo en Él? Pues él es el socorro en nuestra angustia, Él siempre está ahí presente. Es Dios quién va a recrear todo, el que puede santificarlo todo. Nosotros no podemos limpiar nuestro corazón. Nosotros no podemos limpiar nuestro pecado, pero Yahvé puede hacerlo. El Señor puede hacerlo. Por eso, ¿qué le vas a ofrecer hoy? ¿Tal vez un toro, tal vez una cabra? No. Ofrécele una acción linda con alguien que hace tiempo no hablas, con alguien que te hirió. Salúdalo. Dale un pequeño abrazo a tu papá, que hace tiempo no le dices cuánto lo quieres o a tú hijo. Muchos papás no les dicen a sus hijos cuánto los aman. Hay que decirles, hay que contarlos, hay que hacer este esfuerzo.
Hoy vemos que empiezan los conflictos. Hay grandes problemas. Está el Faraón en conflicto con Moisés y vendrán plagas. Vamos a ver que las plagas no llegan por casualidad. Van a ser porque hay dureza del corazón. Así que no endurezcamos nuestros corazones y preparémonos para seguir con esta aventura, que cada día es más impresionante.
ORACIÓN FINAL
Así que, queridos amigos, antes de despedirme, quisiera pedirles a ustedes que sigan orando por mí. Gracias por todas sus oraciones, por todos sus lindos comentarios. Que yo pueda ser fiel a este ministerio que se me ha confiado. Que yo pueda vivir con fe lo que leo, lo que trato de enseñar, para que, sobre todo siempre enseñe la verdad y para que yo también pueda cumplir lo que enseño. Y que la bendición de Dios todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de ustedes y los acompañe siempre. ¡Que Dios los bendiga!
PARA MEDITAR
A veces queremos ver prodigios y milagros portentosos e ignoramos los pequeños milagros que Dios nos regala cada día (el poder tener un techo, una familia, algo de pan en nuestra mesa, etc). Piensa en algunas cosas por las cuales tu corazón está agradecido con Dios hoy y dale las gracias "Dios mío, hoy estoy agradecido por …"
Dios da poder a aquellos que se rinden a él. ¿Qué áreas de tu vida necesitas poner a los pies del Señor? Dile, “Señor, dame lo que necesito para salir adelante como madre, como padre, como trabajador, como hijo, como estudiante”, cualquiera que sea tu misión y tu llamado en esta vida.
Fray Sergio dice que para hacer cualquier misión, tenemos que estar listos, tenemos que purificarnos, tenemos que alistar nuestro corazón ¿A qué te está llamando el Señor? ¿Qué tienes que purificar en tu vida? Entrégaselo al Señor en oración. "Señor hoy te entrego esta área de mi vida para que tú la purifiques…"
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Ex 4, 22
238 La invocación de Dios como "Padre" es conocida en muchas religiones. La divinidad es con frecuencia considerada como "padre de los dioses y de los hombres". En Israel, Dios es llamado Padre en cuanto Creador del mundo (Cf. Dt 32,6; Ml 2,10). Pues aún más, es Padre en razón de la Alianza y del don de la Ley a Israel, su "primogénito" (Ex 4,22). Es llamado también Padre del rey de Israel (cf. 2 S 7,14). Es muy especialmente "el Padre de los pobres", del huérfano y de la viuda, que están bajo su protección amorosa (cf. Sal 68,6).
441 Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento, es un título dado a los ángeles (cf. Dt 32, 8; Jb 1, 6), al pueblo elegido (cf. Ex 4, 22; Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11; Sb 18, 13), a los hijos de Israel (cf. Dt 14, 1; Os 2, 1) y a sus reyes (cf. 2 S 7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiación adoptiva que establece entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular. Cuando el Rey-Mesías prometido es llamado "hijo de Dios" (cf. 1 Cro 17, 13; Sal 2, 7), no implica necesariamente, según el sentido literal de esos textos, que sea más que humano. Los que designaron así a Jesús en cuanto Mesías de Israel (cf. Mt 27, 54), quizá no quisieron decir nada más (cf. Lc 23, 47).
2779 Antes de hacer nuestra esta primera exclamación de la Oración del Señor, conviene purificar humildemente nuestro corazón de ciertas imágenes falsas de “este mundo”. La humildad nos hace reconocer que “nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”, es decir “a los pequeños” (Mt 11, 25-27). La purificación del corazón concierne a imágenes paternales o maternales, correspondientes a nuestra historia personal y cultural, y que impregnan nuestra relación con Dios. Dios nuestro Padre transciende las categorías del mundo creado. Transferir a Él, o contra Él, nuestras ideas en este campo sería fabricar ídolos para adorar o demoler. Orar al Padre es entrar en su misterio, tal como Él es, y tal como el Hijo nos lo ha revelado: «La expresión Dios Padre no había sido revelada jamás a nadie. Cuando Moisés preguntó a Dios quién era Él, oyó otro nombre. A nosotros este nombre nos ha sido revelado en el Hijo, porque este nombre implica el nuevo nombre del Padre» (Tertuliano, De oratione, 3, 1).
COMENTARIOS ADICIONALES
Ex 4, 21-23 - Israel, primogénito de Dios
"La relación de Dios con su pueblo es la de un padre que guía a su hijo primogénito. Esta identificación ayudará a preparar el camino de la revelación de la filiación en el hijo unigénito, Jesucristo. Por el bautismo, participamos en la filiación de Cristo, convirtiéndonos así en hijos adoptivos de Dios padre. (Comentario, Biblia Didajé)
Ex 4, 25 - Esposo de sangre
Los Padres de la Iglesia interpretaron esta frase como reconocimiento de que la circuncisión de Moisés hizo a su esposa partícipe de la salvación. (Comentario, Biblia Didajé)
Ex 4,24-26 - Circuncisión del hijo de Moisés
Es un episodio enigmático porque recoge unas prácticas supersticiosas de curación que hoy se desconocen: ante una enfermedad grave de Moisés —esto podría significar que «el Señor salió a su encuentro para darle muerte»— Séfora interpretó que Moisés había cometido alguna falta. Por eso procedió a circuncidar al niño y simular la del propio Moisés (la mención de los «pies» parece un claro eufemismo). La circuncisión aparece así como un rito religioso, con carácter propiciatorio y relacionado con el matrimonio, puesto que la mujer le llama «esposo de sangre». Para explicar esta expresión y todo el ceremonial se han aventurado múltiples hipótesis basadas en el sentido que la circuncisión tenía entre los madianitas; pero hasta hoy ninguna es satisfactoria. Los Santos Padres suelen comentar alegóricamente el pasaje, interpretando que Moisés santificó con este rito a su mujer y a sus hijos, haciéndoles partícipes de los frutos de su misión salvadora. De cualquier manera, parece claro que el autor sagrado recogió este relato para poner de relieve que Moisés, guía y legislador del pueblo, se sometió, antes que nadie, a la circuncisión, como habrían de someterse todos los hijos de Israel.” (Comentario Sagrada Biblia Universidad de Navarra, edición Latino americana, versión electrónica).
"Los vv. 24-26 resultan bastante misteriosos. Probablemente, Moisés ha caído enfermo y se encuentra desamparado. ¿Cuál es exactamente su culpa? Quizá el no haberse circuncidado o el no haber circuncidado a sus hijos. También pudo adoptar la práctica madianita de la circuncisión con ocasión del matrimonio. De todos modos, en Gn se afirma claramente el mandato de Dios sobre la circuncisión (Gn 17,9-12). Como caudillo del pueblo de Dios, Moisés debía atender todas las prescripciones divinas. Lo cierto es que Seporá circuncidó por sí misma a su hijo. Es muy probable que luego simulara la circuncisión de su marido tocándole con el prepucio de su hijo. La mención de los «pies» es, indudablemente, un eufemismo. Algunos sugieren que los vv. 24-26 son un esfuerzo posterior por parte de un fervoroso tradicionalista de relacionar la práctica de la circuncisión con el mismo Moisés." (Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo I, pp. 65-66)
Ex 5 - Entrevista con el Faraón, maltrato de Israel y queja de Moisés al Señor
"Moisés fue probado también por su propio pueblo, que le culpó de empeorar su condición. Como el pueblo de Israel es reconocido por sus doce tribus, que son los descendientes de los doce hijos de Jacob/Israel. Cristo elegiría a sus doce apóstoles como signo de que su Iglesia es el cumplimiento de la promesa dada a Israel.