Día 5: Torre de babel
Evento clave 5: La humanidad se dispersa en Babel (Génesis 11: 1–9)
La gente de Serenar quiere construir una torre que llegue hasta el cielo para “hacerse famosa” (cf. Gn 11: 4), repitiendo el patrón que comenzó en el jardín del Edén: el intento del hombre de adquirir poder divino y fama por sí mismo: “ser como Dios, pero sin Dios” (CIC 398)
INTRODUCCIÓN
“Tras el diluvio, Dios encomendó al hombre a repoblar la tierra. Pasados los años, los hombres crecieron en número y se organizaron, pero ello los llenó de soberbia y creyeron que podían competir con Dios creando una torre que llegara hasta el cielo donde se encontraba Él. Dios, al ver esto, vio lo que era capaz el hombre al estar unido y decidió dividirlo en lengua y territorio, esto impidió que se continuara con la construcción de la torre de Babel y creó división entre los corazones de los hombres…” (tomado de la descripción del podcast en Apple podcast)
ORACIÓN INICIAL
“Padre amoroso y fiel, Tú qué haces elocuente la lengua de los niños educa también la mía, e infunde en mis labios la gracia de tu bendición Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y a ti te invito para que pidas ese Espíritu Santo para que abra tu mente, para que abra tu corazón y para que tú y yo podamos gozar de la palabra de Dios que está en nuestras vidas.” (Fray Sergio)
PUNTOS CLAVE
Él Salmo 2 que he proclamado el día de hoy es totalmente opuesto al que leíamos ayer donde se nos mostraba a un hombre perfecto, al hombre que es dichoso, al hombre que es feliz. En cambio el Salmo de hoy nos muestra ese hombre que es rebelde y nos pone en el contexto del Génesis donde hemos visto a un Dios que crea todo perfecto en el Edén, que hace un hombre perfecto. Pero este hombre que en su perfección decide rebelarse a Dios, decide separarse de Dios y parece que este hombre ya no quiere la compañía de Dios. Se esconde decide alejarse de la presencia de Dios y de esta manera es él hombre quien va perdiendo esa capacidad de relacionarse con Dios. Y el contraste lo vemos muy claro en estos dos últimos capítulos que tenemos de color turquesa en nuestras Biblias.
En nuestra guía de lectura y estos dos capítulos son también conocidos como lo que llamaríamos el puente entre el comienzo de los orígenes del mundo y después del diluvio con él más grande de los patriarcas que es Abraham, pues en el capítulo 10 tenemos ese resumen extenso de lo que es la genealogía de las naciones de la tierra y ya cuando pasemos al capítulo 11 comenzaremos a examinar a Nemrod y también veremos la razón por la cual las personas se van a esparcir tan rápido.
Se nos narraba que, en el tiempo de Nemrod, las personas hablan un mismo lenguaje, la gente se esparce a un buen ritmo y permanecen unidas al idioma que todos hablan, y es así como va aumentando todo en gran cantidad. Pero al regresar al capítulo 10, podemos notar que estas genealogías son bien importantes, porque de allí vemos cómo ha crecido la humanidad sobre la faz de la tierra y podemos darnos cuenta de donde va a descender Abraham, que vendrá a ser el más grande los patriarcas.
Las narraciones que se nos hacen en estos capítulos nos muestran lo que hay en el corazón de la gente de ese tiempo, podríamos llamarlo en palabras de hoy esa ambición. Hay un gran deseo de poder, nada distinto a nuestros días. Y me parece muy interesante cómo se nos cuenta que Noé bendijo a dos de sus hijos, pero a uno lo maldijo. Con esto podemos darnos cuenta que la familia de Noé es una familia como todas, tal vez como la tuya, como la mía ¡Qué problemas! Y algunos son bastante serios.
Ya ayer notamos el problema que hubo con Cam y cómo es maldecido y la maldición llega incluso a su hijo Canaán, al nieto de Noé. Pero también nos muestra que con estas familias que están quebrantadas, estas familias que parece que no levantan la cabeza, Dios sigue escribiendo su historia para salvar la humanidad.
Por eso este nuevo personaje, Nemrod, es un hombre pero también describe el tipo de persona que nosotros también podemos llegar a ser. Nemrod es un hombre que quiere gobernar el mundo. No sólo la creación, a los animales, pero quiere gobernar al hombre para tener el control y es el primero en construir una ciudad amurallada para poderse proteger a sí mismo. Es lo que nosotros podríamos llamar un hombre narcisista, y muchos de nosotros podemos encontrarnos en eso, en nuestra rebeldía de no querer aceptar la ayuda de nadie, de no querer aceptar ni siquiera al mismo Dios. Así que Nemrod es el que nos va a mostrar que podemos tener una ambición de poder, no una ambición de ser mejores, porque realmente el llamado que Dios nos ha hecho es que seamos imagen y semejanza de Él, no personas famosas. Y lo hablaba antes al decir que cuando hacemos cosas buenas, la gente nos dice que es una obra humanitaria y hacemos cosas buenas porque nuestra naturaleza es de hacer cosas buenas, de ser cada día más humanos, no más famosos.
En el tiempo de Nemrod se da esta visión, el poder, el querer ser de pronto un poco más grandes que Dios y parece que Nemrod es un hombre bastante inteligente y se da cuenta que el pueblo está viviendo en la unidad y dice: “bueno, pues vamos a hacernos más famosos aún, vamos a construir una torre”, la torre de Babel. Y esta torre empieza a traer también unidad y parece que construir una torre no es nada malo pues, hemos visto tantas construcciones a nivel mundial que son excelentes. Pero la clave no es la unidad a través de lo que se construye, la clave es quién o cuál es el agente unificador, qué es lo que trae esa unidad. Porque podríamos pensar que, porque hay consenso y porque se cede a la manera de pensar de un hombre, estamos con la verdad y pues no es así.
En el tiempo de Dios hay siempre unidad y Él siempre nos propone una unidad, pero no entre los hombres por consenso o porque cedamos sino porque es una unidad al estar apegados a Él. En cada persona está la idea, hoy, de que debe unirse más íntimamente con Jesús, de esta manera nos uniremos más íntimamente con Dios y nos unimos más íntimamente como hermanos. No se trata de ceder o de crear reglas de unidad, se trata de estar convencidos que bajo la voluntad de Dios podemos conservar y tener esta unidad. Por eso en el Nuevo Testamento en los Hechos de los Apóstoles veremos al ser humano, al hombre, siendo unificado no como ellos quieren sino a la manera de Dios y esto es percibido en el día de Pentecostés.
El que había dividido a la humanidad dándole diferentes idiomas a través del conflicto que hubo con la torre de Babel, lo vuelve a reunir en el día de Pentecostés cuando todos vuelven a entenderse a sí hablen a diferentes lenguas. Es una conexión fascinante entre la torre de Babel y Pentecostés.
En la torre pues, ya lo dije, Dios rompe la unidad del hombre y le da diferentes lenguajes, de esta manera ya el hombre no se puede comunicar, la unidad del hombre se ve limitada. En Pentecostés, Dios pone el Espíritu Santo en el hombre y lo unifica por medio de ese Espíritu. Dios le da al hombre la habilidad de entender y hablar lenguajes que ellos nunca habían entendido antes. Entonces podríamos preguntarnos una vez más: ¿por qué Dios no ve con buenos ojos la construcción de la torre? Ya lo dije, pero quiero repetirlo una vez más. No es porque sea una torre alta o un gran edificio, es por lo que la torre quiere significar. Es ese deseo que tenemos los seres humanos de construir cosas para que la gente nos reconozca, para que seamos diferentes, para de pronto hacer cosas como Dios, o tal vez porque queremos hacernos notar y, de pronto, querer ser un poco más que Dios. Hay muchas teorías que dicen que después de la muerte de Nemrod, su esposa lo declara él un dios, y más adelante podríamos empezar a mirar que Nemrod puede ser confundido como Baal uno de los dioses.
Así que estos capítulos hoy nos ayudan a pensar en que la idea es que seamos mejores personas. Debemos ser la mejor versión de nosotros mismos para que podamos dar la gloria a Dios, no para buscar los privilegios o ser nombrados o que nuestro nombre nunca se olvide como el caso de Nemrod.
También nos hemos dado cuenta que en estas genealogías hay una humanidad que está quebrantada, hay muchos problemas familiares, hay a cualquier clase de incesto, cualquier clase de asesinatos, pero Dios tiene un fin, y es que Él nos ha creado a nosotros para hacer Su imagen y semejanza, y que, aunque nosotros los hombres nos queramos salir de ese plan, Dios sigue siendo fiel, nos sigue llamando nos quiere seguir salvando. Y es por eso que desde él primer momento hemos descubierto un Dios que es arquitecto sacerdotal, que es preciso, que es esquemático, un Dios que es artesano, un Dios que es constructor, es un Dios que es jardinero, es un Dios que va a modelar Adán, es un Dios que va a modelar a cada uno de nosotros, si nosotros nos dejamos modelar por Él.
Hemos visto el tema del odio entre hermanos, la sangre que clama a Dios. Hay fidelidad que Dios reclama para Él frente a la fragilidad humana, y bueno, a veces los humanos nos dejamos llevar y por eso a veces experimentamos lo que se podría llamar la Justicia Divina frente a la degeneración humana. Noé y él diluvio pues nos muestran eso, que cuando nos degeneramos hay siempre una reacción de Dios, pero es una Justicia Divina que nos lleva y nos presenta un nuevo pacto. que no es sólo para unos cuantos, sino que incluye a toda la humanidad y que va a tener unas consecuencias universales.
Por eso hoy que analizamos es torre de Babel nos educamos más en un Dios que humilla al soberbio, no para hacerlo a menos sino para que sea consciente de su limitación. Y, como lo dije antes, la torre de Babel es todo lo opuesto a Pentecostés, un Pentecostés que enaltece a los humildes. Así que vamos descubriendo cómo Dios utiliza estos idiomas humanos, tanto en Babel para crear división y confusión como ahora en Pentecostés para crear unidad. Dios ha actuado en él Génesis, es decir, hemos visto su obra de Salvación ¿Estás tú listo para seguir con esto? Porque mañana tendremos a Abraham como es su vocación, como es su llamado.
RECAPITULANDO
El hombre, en su perfección creado a imagen y semejanza de Dios, decide rebelarse y separarse de Dios, ya no quiere la compañía de Dios. Se esconde y decide alejarse de la presencia de Dios y de esta manera va perdiendo esa capacidad de relacionarse con Él.
Nemrod no solo es un personaje, sino que también describe el tipo de persona que nosotros también podríamos llegar a ser: personas prepotentes, con ambición, ansias de poder, fama y de control.
Debemos ser la mejor versión de nosotros mismos para que podamos dar la gloria a Dios, no para buscar los privilegios o ser renombrados o famosos como es el caso de Nemrod.
Dios tiene un fin, y es que Él nos ha creado a nosotros para hacer Su imagen y semejanza, y que, aunque nosotros los hombres nos queramos salir de ese plan, Dios sigue siendo fiel, nos sigue llamando nos quiere seguir salvando.
El relato de la Torre de Babel es todo lo opuesto a Pentecostés. En Babel, Dios humilla a los orgullosos y, en Pentecostés, exalta a los humildes.
ORACIÓN FINAL
“Antes de despedirme quisiera pedirles a ustedes que por favor oren por mí. Para que yo sea fiel al ministerio que se me ha confiado. Para que pueda vivir con fe cada una de las palabras que comparto con ustedes aquí al leer estas Sagradas Escrituras. Para que pueda enseñar la verdad y para que pueda cumplir lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios Todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. No te olvides que hoy puedes alabar, bendecir y predicar con esta palabra de Dios.” (Fray Sergio)
PÁRRAFOS RELEVANTES DEL CATECISMO
Gn 10
56 Una vez rota la unidad del género humano por el pecado, Dios decide desde el comienzo salvar a la humanidad a través de una serie de etapas. La alianza con Noé después del diluvio (cf. Gn 9,9) expresa el principio de la Economía divina con las "naciones", es decir con los hombres agrupados "según sus países, cada uno según su lengua, y según sus clanes" (Gn 10,5; cf. Gn 10,20-31).
57 Este orden a la vez cósmico, social y religioso de la pluralidad de las naciones (cf. Hch 17,26-27), está destinado a limitar el orgullo de una humanidad caída que, unánime en su perversidad (cf. Sb 10,5), quisiera hacer por sí misma su unidad a la manera de Babel (cf. Gn 11,4-6). Pero, a causa del pecado (cf. Rm 1,18-25), el politeísmo, así como la idolatría de la nación y de su jefe, son una amenaza constante de vuelta al paganismo para esta economía aún no definitiva.
Salmo 2
600 Para Dios todos los momentos del tiempo están presentes en su actualidad. Por tanto establece su designio eterno de "predestinación" incluyendo en él la respuesta libre de cada hombre a su gracia: "Sí, verdaderamente, se han reunido en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, que tú has ungido, Herodes y Poncio Pilato con las naciones gentiles y los pueblos de Israel (cf. Sal 2, 1-2), de tal suerte que ellos han cumplido todo lo que, en tu poder y tu sabiduría, habías predestinado" (Hch 4, 27-28). Dios ha permitido los actos nacidos de su ceguera (cf. Mt 26, 54; Jn 18, 36; 19, 11) para realizar su designio de salvación (cf. Hch 3, 17-18).
"Muerto por nuestros pecados según las Escrituras"
653 La verdad de la divinidad de Jesús es confirmada por su Resurrección. Él había dicho: "Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy" (Jn 8, 28). La Resurrección del Crucificado demostró que verdaderamente, él era "Yo Soy", el Hijo de Dios y Dios mismo. San Pablo pudo decir a los judíos: «La Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros [...] al resucitar a Jesús, como está escrito en el salmo primero: "Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy"» (Hch 13, 32-33; cf. Sal 2, 7). La Resurrección de Cristo está estrechamente unida al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios: es su plenitud según el designio eterno de Dios.
436 Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "ungido". Pasa a ser nombre propio de Jesús porque Él cumple perfectamente la misión divina que esa palabra significa. En efecto, en Israel eran ungidos en el nombre de Dios los que le eran consagrados para una misión que habían recibido de Él. Este era el caso de los reyes (cf. 1 S 9, 16; 10, 1; 16, 1. 12-13; 1 R 1, 39), de los sacerdotes (cf. Ex 29, 7; Lv 8, 12) y, excepcionalmente, de los profetas (cf. 1 R 19, 16). Este debía ser por excelencia el caso del Mesías que Dios enviaría para instaurar definitivamente su Reino (cf. Sal 2, 2; Hch 4, 26-27). El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor (cf. Is11, 2) a la vez como rey y sacerdote (cf. Za 4, 14; 6, 13) pero también como profeta (cf. Is 61, 1; Lc 4, 16-21). Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey.
441 Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento, es un título dado a los ángeles (cf. Dt 32, 8; Jb 1, 6), al pueblo elegido (cf. Ex 4, 22;Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11; Sb 18, 13), a los hijos de Israel (cf. Dt 14, 1; Os 2, 1) y a sus reyes (cf. 2 S 7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiación adoptiva que establece entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular. Cuando el Rey-Mesías prometido es llamado "hijo de Dios" (cf. 1 Cro 17, 13; Sal 2, 7), no implica necesariamente, según el sentido literal de esos textos, que sea más que humano. Los que designaron así a Jesús en cuanto Mesías de Israel (cf. Mt 27, 54), quizá no quisieron decir nada más (cf. Lc 23, 47).
745 El Hijo de Dios es consagrado Cristo (Mesías) mediante la unción del Espíritu Santo en su Encarnación (cf. Sal 2, 6-7).
2606 Todos las angustias de la humanidad de todos los tiempos, esclava del pecado y de la muerte, todas las súplicas y las intercesiones de la historia de la salvación están recogidas en este grito del Verbo encarnado. He aquí que el Padre las acoge y, por encima de toda esperanza, las escucha al resucitar a su Hijo. Así se realiza y se consuma el drama de la oración en la Economía de la creación y de la salvación. El Salterio nos da la clave para la comprensión de este drama por medio de Cristo. Es en el “hoy” de la Resurrección cuando dice el Padre: “Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy. Pídeme, y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra” (Sal 2, 7-8; cf Hch 13, 33).
La carta a los Hebreos expresa en términos dramáticos cómo actúa la plegaria de Jesús en la victoria de la salvación: “El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen” (Hb 5, 7-9).
2836 “Hoy” es también una expresión de confianza. El Señor nos lo enseña (cf Mt 6, 34; Ex 16, 19); no hubiéramos podido inventarlo. Como se trata sobre todo de su Palabra y del Cuerpo de su Hijo, este “hoy” no es solamente el de nuestro tiempo mortal: es el Hoy de Dios:
«Si recibes el pan cada día, cada día para ti es hoy. Si Jesucristo es para ti hoy, todos los días resucita para ti. ¿Cómo es eso? “Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy” (Sal 2, 7). Hoy, es decir, cuando Cristo resucita» (San Ambrosio, De sacramentis, 5, 26).