Día 24: José invita a Israel a Egipto

INTRODUCCIÓN

Para este día tenemos cosas muy interesantes. Llega José a encontrarse con sus hermanos nuevamente. Y José dice, “miren, este soy yo, su hermano”. Les demuestra la identidad y no los juzga, todo lo contrario, les explica que por voluntad de Dios fue que él llegó a Egipto. Les dice, “cuando ustedes me vendieron no fue que ustedes lo hicieran, fue la obra de Dios”. Pero no deja de causar tristeza, a veces, encontramos, una manera de explicar las cosas que nos han causado dolor que han creado, ruptura y ruedan las lágrimas por nuestras mejillas.

Hoy José va a llorar con sus hermanos y sus hermanos van a llorar con él. Es como José hoy va a regresar a su pasado, es decir, les dice “vayan a casa otra vez, y tráiganme a mi padre”. Algo bastante difícil, y dice, “no solo tráigalo a él, tráiganlo a él, a su familia, a sus hijos, porque ahora ya tendrá un nuevo hogar. Va a estar aquí en la tierra de Egipto. Y estarán aquí hasta que haya hambre en la tierra”. Y sus hermanos hicieron lo que él les pidió, pero la historia va a estar muy interesante hoy porque su padre no les va a creer. Su corazón se aflige, no creía y finalmente termina creyendo.

Llega y hoy tendremos la llegada de Israel a Egipto con toda su familia. También veremos como José llora con su padre largamente y le da indicaciones de como adquirir nuevas tierras a través del faraón. ¡Esto es espectacular!

ORACIÓN INICIAL

Padre de amor y misericordia, gracias por tu palabra, por tu bondad infinita. Gracias por permitirnos estar aquí una vez más abriendo tu palabra y tú qué haces elocuente la lengua de los niños educa también la mía e infunde en mis labios la gracia tu bendición: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y a ti que me estás escuchando te pido que por favor clames al Espíritu Santo para que éste abra nuestras mentes y nuestro corazón, para que podamos gozar de esta Palabra de Dios que se ha proclamado hoy para nuestras vidas.

PUNTOS CLAVES

• Definitivamente de los libros favoritos que tengo es Proverbios. Hoy Dios nos dice que atendamos a sus palabras, que atendamos a sus razones y parece que es lo que le está diciendo también a Job en esa discusión que está teniendo hoy con él en los capítulos que acabamos de leer el 37 y 38. Dios nos dice aquí en los Proverbios que no perdamos de vista las palabras que él nos ha dado y que las debemos de conservar. ¿Dónde? En nuestro corazón.
  

• Algo que me llama la atención es que para los judíos el corazón no es sólo un músculo, no es sólo un órgano, es el motor que los mueve a hacer lo que hacen. Así que si necesitamos gasolina para nuestro motor para lo que queremos hacer. ¿Qué tenemos que hacer? Conservar las Palabras de Dios en él, pues si conservamos sus palabras éstas se convierten en vida para quienes la encuentran y salud del cuerpo y nos damos cuenta que José no perdió nunca esa esperanza en el Dios de sus padres. Todo lo guardaba y hoy él se ha encontrado con la gran sorpresa de que sus hermanos y su padre necesitaban de él, pero él no les reprochó jamás el daño que le habían hecho, el haberlo vendido, el haberlo despreciado, sino que este era simplemente el camino que Dios había planeado para él y él ahora se podía convertir en el que extiende la mano a los que han sido injustos con él y es precisamente lo que nos dicen los Proverbios hoy que el Señor allana los senderos a nuestros pies.
  

• Así que tú allana todo lo que está cerca de ti, si hay algo rocoso en tu vida allánalo. Allánalo para que tu camino sea firme. No te desvíes para un lado, para el otro y aléjate del mal porque cuando nos metemos en el mal pues terminamos como tal, terminamos mal. Pero si nos metemos con Dios, pues todo va a terminar bien. Hoy encontramos a unos hermanos, a un padre que se dan abrazos, que lloran, que han confiado en la misericordia del Señor y, a un José que ha sabido creer en que Dios no lo defraudará, en que va a estar con él, que lo va a acompañar, que no lo va a soltar, que ayuda a interpretar los sueños, que lo ayuda a ser el gobernador de este gran país de Egipto y que ahora recibe su recompensa porque ha caminado recto, porque ha mantenido los caminos firmes, porque no se ha desviado y ahora el mismo faraón dice que para su familia será solo lo mejor, todo lo mejor.
  

• Dios siempre nos da lo mejor, pero para eso tenemos que acostumbrarnos a caminar firmes y tener siempre su palabra en nuestro corazón. Yo siempre me pregunto ¿qué pasaría por la mente y por el corazón de Jacob cuando recibió el mensaje de que debería venir a Egipto? Tal vez él pensó en ir y estar allá un tiempo y esperar a ver qué pasaba, pero no sabía que José iba a cerrar sus ojos.
  

• Dios dió instrucciones muy claras a Abrahán de que se mantuviese fuera de Egipto y casi todos los patriarcas habían tenido problemas con Egipto. Ahora Dios también ha ordenado esto a Isaac: "mantente lejos de Egipto", así que tenemos que preguntarnos ¿por qué hoy Dios le pide a Jacob ir a la tierra de Egipto? Hoy la motivación que tiene este hombre es la invitación de su hijo José. Es el encontrarse con alimento para su familia. Definitivamente para poder entrar a este lugar se necesitaba la aprobación de Dios. Se necesitaba que Dios los fuera guiando y hoy vemos como muchas veces hay cosas que nos mantienen alejados, pero tarde o temprano nos acercan y hoy encontramos este hecho sorprendente de que Jacob ofrece sacrificios al Dios de su padre Isaac y es la primera vez que sale a otro lugar, el estar atento a la voluntad de Dios y poner toda su confianza en él, que es su guía.
  

• Le cambió todo lo que él había pensado, todo lo que había soñado. Qué contraste hay entre aquel Jacob que era joven, un poco necio, un poco lejano de Dios y ahora un Jacob que deja que Dios guíe cada uno de sus pasos ¿No te parece que esa es tu historia también? ¿O que la estás empezando a vivir? Estamos con Dios, conocemos de Dios, nos alejamos de él en nuestra juventud, pero después Dios tiene su propia manera de encaminarnos y de poner nuestros pasos por el camino correcto y vamos sintiendo como él es el que guía nuestras situaciones diarias, como es el que nos estimula.
  

• Qué linda esta historia la salvación, nada diferente a la historia de nuestras familias, de nuestros padres, de nuestros vecinos, de nuestros amigos. Tal vez tú no habías tomado la biblia así, como en forma como lo estamos haciendo ahora y te das cuenta que no es como lo soñabas, como lo esperabas, sino que es la vida de hombres y mujeres que cometen errores, que aman a Dios, que se alejan de Dios, y es casi la historia de tu familia.
  

• Es por eso que tenemos que encontrar nuestro enfoque, dónde encaja mi vida hoy aquí en esta Palabra de Dios, en esta historia la salvación ¡Qué sorprendente! ¡Qué hermoso! Nos faltan unos cuantos capítulos y estaremos terminando los patriarcas y no sé cómo se van sintiendo hasta el momento, pero a mí esto me emociona, me inspira a seguir adelante.

ORACIÓN FINAL

"Antes de despedirme quiero volverles a insistir una y otra vez, una y otra vez, por favor oren por mí, para que yo sea fiel a este ministerio que se me ha confiado, para que pueda vivir con fe lo que leemos, lo que compartimos, para que pueda enseñar la verdad y para que pueda cumplir lo que yo mismo estoy enseñando y que la bendición de Dios Todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. No olviden que hoy pueden alabar, bendecir y predicar con la Palabra de Dios. ¡Que Dios los bendiga!" (Fray Sergio)

PARA MEDITAR

• Los versos que leímos de los Proverbios nos invitan a que no perdamos de vista las palabras que el Señor nos ha dado ¿Cómo te están hablando estas lecturas a ti, personalmente?

• Fray Sergio nos invita a "allanar" el terreno rocoso de nuestro corazón. ¿Qué rocas quedan todavía en tu corazón y que se están interponiendo en el camino de un cambio verdadero, de un arrepentimiento verdadero, del ofrecimiento de perdón para aquellos que te han ofendido?

• Pidámosle a Dios en oración que nos de ése cambio de corazón que necesitamos, que nos conceda la gracia de perdonar a quienes nos han ofendido y que nos conceda la gracia de una verdadera conversión de corazón.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Gn 45, 8

312 Así, con el tiempo, se puede descubrir que Dios, en su providencia todopoderosa, puede sacar un bien de las consecuencias de un mal, incluso moral, causado por sus criaturas: "No fuisteis vosotros, dice José a sus hermanos, los que me enviasteis acá, sino Dios [...] aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó para bien, para hacer sobrevivir [...] un pueblo numeroso" (Gn 45, 8;50, 20; cf. Tb 2, 12-18 vulg.). Del mayor mal moral que ha sido cometido jamás, el rechazo y la muerte del Hijo de Dios, causado por los pecados de todos los hombres, Dios, por la superabundancia de su gracia (cf. Rm 5, 20), sacó el mayor de los bienes: la glorificación de Cristo y nuestra Redención. Sin embargo, no por esto el mal se convierte en un bien.

Job 38, 7

332 Desde la creación (cf. Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal (cf. Gn 3, 24), protegen a Lot (cf. Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21, 17), detienen la mano de Abraham (cf. Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7,53), conducen el pueblo de Dios (cf. Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos (cf. Jc 13) y vocaciones (cf. Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas (cf. 1 R 19, 5), por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el del mismo Jesús (cf. Lc 1, 11.26).

COMENTARIOS ADICIONALES

Gn 45, 1-28 - “José se da a conocer a sus hermanos”

“El desenlace sigue manteniendo el tono emocional que la historia de José y sus hermanos presenta desde el principio. Ahora aparece además expresamente la interpretación correcta de los acontecimientos hecha por José, el hombre sabio. Al darse a conocer a sus hermanos, éstos interpretan los hechos desde su punto de vista humano: el temor a la venganza (cfr v. 3 y más adelante 50,15). José explica que todo respondía al plan de Dios (cfr vv. 5-13). La generosidad del faraón es también reflejo de la misericordia divina, pero, sobre todo, lo es el hecho de que Jacob haya encontrado al hijo que creía perdido (cfr v. 28).

Junto a la misericordia de Dios, en esta historia sobresale la grandeza de alma de José que, lejos de guardar rencor o de pensar siquiera en la venganza, orienta todas sus acciones a recuperar a sus hermanos, llevándoles poco a poco al arrepentimiento del pecado cometido, perdonándolos desde el principio y tratándolos como lo que eran, hermanos suyos. Tal actitud de José es en este sentido modelo de cómo deben ser las relaciones humanas, en las que el perdón ha de estar siempre presente. Escribe San Juan Pablo II que el mundo de los hombres puede hacerse “cada vez más humano”, solamente si en todas las relaciones recíprocas que plasman su rostro moral introducimos el momento del perdón, tan esencial al evangelio. El perdón atestigua que en el mundo está presente el amor más fuerte que el pecado. El perdón es además la condición fundamental de la reconciliación, no sólo en la relación de Dios con el hombre, sino también en las recíprocas relaciones entre los hombres. Un mundo, del que se eliminase el perdón, sería solamente un mundo de justicia fría e irrespetuosa, en nombre de la cual cada uno reivindicaría sus propios derechos respecto a los demás; así los egoísmos de distintos géneros, adormecidos en el hombre, podrían transformar la vida y la convivencia humana en un sistema de opresión de los más débiles por parte de los más fuertes, o en una arena de lucha permanente de los unos contra los otros» (Dives in misericordia, n. 94). (Comentario de la Biblia de Navarra, versión Latinoamericana, edición electrónica)

Gn 46,1-47 - Jacob baja a Egipto

"El relato vuelve a centrar la atención de nuevo en la familia de Jacob en Canaán. La figura y la posición de José sirven como telón de fondo para dar cuenta de la instalación de Israel en Egipto, según un mandato divino. Jacob baja a Egipto obligado por el hambre que se cernía en la tierra de Canaán (cfr 47,4). El Señor le ha preparado el camino mediante unos acontecimientos dolorosos, y una serie de pruebas cuyo sentido se desvela ahora. Cuántas veces ocurre lo mismo en la vida de los hombres: «La prueba, no lo niego, resulta demasiado dura: tienes que ir cuesta arriba, a “contrapelo”. —¿Qué te aconsejo? —Repite: “omnia in bonum!”, todo lo que sucede, “todo lo que me sucede”, es para mi bien… Por tanto —ésta es la conclusión acertada—: acepta eso, que te parece tan costoso, como una dulce realidad» (S. Josemaría Escrivá, Surco, n. 127). (Comentario de la Biblia de Navarra, versión Latinoamericana, edición electrónica)

Jb 38,1-39,30 - Primer discurso del Señor

"El primer discurso del Señor, de enorme riqueza expresiva y de cuidada construcción literaria, es sencillo en su enseñanza: Dios está presente donde nunca lo estuvo Job ni ningún otro hombre; ha intervenido e interviene donde nunca lo hizo ni lo puede hacer el ser humano; organiza sabiamente y cuida con esmero de las criaturas —estrellas, aves o animales— que quedan lejos del alcance de los hombres. En resumen, Dios es infinitamente más poderoso y más sabio que Job; y, sin embargo, entabla diálogo con él y le invita a admirar juntos las maravillas del cosmos y de los animales.

No es propiamente una lección teológica sobre la creación y, de hecho, las coincidencias con los relatos del Génesis o con el libro de la Sabiduría son escasas e irrelevantes; es más bien una descripción sapiencial del universo entero y del comportamiento de las criaturas en sí mismas, prescindiendo de las causas segundas y de la utilidad que pueda representar para el hombre." (Comentario de la Biblia de Navarra, versión Latinoamericana, edición electrónica)

“La intervención de Dios pone de relieve su trascendencia y omnipotencia, su papel como creador y sustentador de todas las cosas. En una serie de preguntas retóricas con un tono irónico, Dios destruye la pretensión de la sabiduría humana que nunca podrá rivalizar con la sabiduría infinita de Dios. Los caminos divinos son tan insuperables que incluso puede sacar bien del mal y del pecado. Por esto mismo le debemos a Dios una confianza inquebrantable.” (Comentario Biblia Didajé)