Día 13: Esaú vende su Primogenitura
INTRODUCCIÓN
En el relato del Génesis leemos parte de la historia de los hijos de Isaac. Ya vimos ayer que Isaac se casó con Rebeca y hoy leemos que Dios bendijo abundantemente a Isaac con muchas riquezas, pero resultó que su mujer también era estéril. Así que Isaac oró a Yahvé y Él la sanó, concediéndole quedar embarazada. Rebeca no debe haber tenido un embarazo muy sencillo, pues nos dice la Palabra que los hijos "se entrechocaban en su seno" (Gn 25, 22). Ella va a presentar su angustia en oración a Yahvé, quien le confirma que va a tener mellizos y le revela que el menor –quien se llamará Jacob– regirá sobre el mayor –Esaú o Edom–. En el siguiente episodio, vemos cómo Jacob –que era un muchacho casero y el preferido de Rebeca– toma ventaja de la ligereza de Esaú con respecto a sus derechos de primogenitura y éste –hombre rudo, cazador y preferido de Isaac– le vende estos derechos a Jacob por un plato de guiso de lentejas. Esto muestra un gran desdén por parte de Esaú hacia los dones de Dios. Más tarde nos cuenta el relato que Esaú se casa con mujeres extranjeras, lo cual parece no agradar a sus padres, pues nos dice la Escritura que esto fue "causa de amargura para Isaac y Rebeca" (Gn 26, 35). Leemos también un episodio de engaño por parte de Isaac que nos recuerda la mentira que Abrahán dijo al Faraón rey de Egipto (ref. Gn 12, 10-20) y a Abimelec, rey de Guerar con respecto a su relación con Sara (ref. Gn 21, 22-34). Nos cuenta el Génesis que Isaac hizo algo similar con un tal Abimélec, también rey de Guerar. Es poco probable que éste Abimélec sea exactamente el mismo del episodio de Abrahán y Sara y posiblemente se trate de un descendiente del Abimélec original u otro rey con el mismo nombre del que fue engañado por Abrahán. -Vee Salazar
ORACIÓN
"Padre de amor y misericordia, Tú que haces elocuente la lengua de los niños, educa también la mía. Infunde en mis labios la gracia de Tu bendición, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Amén. Y a ti, te pido que hoy clames por el Espíritu Santo para que abra tu mente y tu corazón, y el mío también para que podamos usar de esta palabra de Dios en nuestras vidas." (Fray Sergio)
PUNTOS CLAVES
Hoy tenemos una historia interesante, Isaac y Rebeca, que están pendientes de la promesa que Dios tiene para todas las naciones. Cómo van a ser bendecidas en la prosperidad y ellos pues claro deseaban tener hijos. Querían mirar cómo iba a ser su futuro. Nos van a enseñar algo muy importante, que en medio de nuestras dudas, siempre nosotros debemos preguntar al Señor ¿cuál es su voluntad? Por medio de la oración, Rebeca le va a hacer una pregunta muy importante a Dios hoy. También vamos a ver a sus hijos, a Esaú y a Jacob. Uno que es cazador y el otro que es pastor. Así como somos todos hermanos, somos diferentes, aunque tengamos los mismos padres.
Hoy tenemos la muerte de Abrahán. Tenemos a su hijo Isaac que va a tener el mismo problema que su padre, de mentir para salvar su vida. Vuelven y le mienten al mismo, a Abimélec. Este hombre como que se entristece y no logra entender qué está pasando que le vuelven a mentir. Incluso le pide a su gente que ni siquiera toque a este hombre, el cual pues se casa y va a tener estos hijos. Que para él son muy importantes, pero más que importantes quisiera recalcar que entre estos hijos que hay hoy en las lecturas –Jacob y Esaú– hay algo que pesa mucho y es el derecho de nacimiento. El primogénito es el que hereda todo y a Jacob que hoy le gana a su hermano la primogenitura, recibe la promesa. Parece que recibiera un privilegio espiritual. Él tiene un deseo de obtener el poder y lo quiere obtener por rumbos torcidos. No es un hombre sencillo, se aprovecha de la necesidad de su hermano.
Quisiera que pensemos en eso ¿Cuántas veces que estamos en necesidad accedemos a tantas cosas hoy en día? Muchos trabajos para poderse conseguir, a veces piden cosas que no deberían pedirse. La gente obtiene algunos privilegios inmerecidos por la necesidad de tantos hoy. Un hombre por la necesidad, por el hambre, entrega todo lo que su padre le tenía que heredar. Pidamos por todas estas personas que son abusadas, a las que se les quitan sus derechos, sus oportunidades. A las que se les quita toda posibilidad de salir adelante; y de estos hombres que a veces se aprovechan de la necesidad de unos cuantos.
Ya vimos como Isaac, debido al hambre se va a Guerar y por hambre niega a su esposa. El mismo Abimélec lo reprende. Abimélec se convierte en un signo de bendición para él, lo ayuda y le da tierras y hace que Isaac se enriquezca. A veces también la riqueza causa envidias. Los filisteos sintieron mucha envidia al ver que Isaac tenía cosas, tenía pozos, que Dios lo bendecía y hasta el mismo Abimélec viene y le dice “hagamos un pacto.”
Aquí se hace un pacto entre todos dos hombres que se tienen miedo el uno al otro. Uno por el poder y el otro por la riqueza; pero no se dan cuenta que está recibiendo la bendición de Dios. Abimélec se da cuenta que Isaac tiene esa bendición de Dios, que Yahvé está con él. Es por eso que Isaac va a recibir esta tierra de Canaán, no sólo para él, sino para sus herederos. Pero también hubo hambre. Este hambre le ayuda reconocer el pacto que había entre Yahvé y su padre y lo acercó más.
¿Cuántas veces, cuando hay una tragedia en nuestra familia, lo vemos negativo pero también con el tiempo nos damos cuenta que fué lo que nos volvió a acercar a Dios? Ese Dios que está comprometido con nosotros, que está donde nosotros estemos. Es un Dios que nos ayuda por encima de nuestra propia incredulidad, por encima de nuestra propia desconfianza y Él viene a consolarnos.
Hoy nos dimos cuenta cómo la obediencia de Abrahán a lo que Dios le pidió, fue extendida hasta a sus hijos, y hacia sus nietos. Qué lindo que nosotros también pudiéramos testificar ese amor que Dios nos tiene a través de las promesas que nuestros padres han hecho y que le han cumplido a Dios.
No olvidemos que Abraham negó a su esposa, ahora su hijo también lo niega. Muchas veces también nuestros hijos pueden aprender esas conductas de pecado y replicarlas y llevarlas adelante. Así como aprenden lo bueno, también pueden aprender lo malo ¿Qué quieres tú pasarle hoy a tus hijos? ¿Qué quieres enseñarle a tus hijos? ¿Qué quieres mostrarle a tus hijos? Tal vez quieres mostrarles que Dios te ha bendecido, así que dedícate a mostrar que ante la vanidad del mundo Dios debe estar primero. Que estas grandes experiencias que hemos tenido en esta lecturas nos ayuden.
RECAPITULANDO
En medio de nuestras dudas, acudamos siempre en oración al Señor para conocer cuál es su voluntad.
Pidamos por todas estas personas que son abusadas, a las que se les quitan sus derechos y oportunidades y por aquellos que a veces se aprovechan de la necesidad de unos cuantos.
Recordemos que nuestros hijos pueden aprender tanto lo bueno como lo malo que vean en nosotros ¿Qué ejemplos quieres tú pasarle hoy a tus hijos? ¿Qué quieres enseñarles?
ORACIÓN FINAL
“Antes de despedirme quisiera pedirle a ustedes por favor oren por mí. Para que yo siga siendo fiel a este ministerio que se me ha confiado. Para que pueda vivir con fe lo que he compartido con cada uno de ustedes, y para que yo pueda enseñar la verdad y también pueda cumplirla, lo que enseño que yo lo cumpla. Y que la bendición de Dios Todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. Y no se olviden que hoy pueden alabar, bendecir y predicar con la palabra de Dios. Nos vemos mañana. Que Dios los bendiga.” (Fray Sergio)