Día 25: Israel bendice a Efraín y Manasés
INTRODUCCIÓN
Estaremos mirando que Jacob y su familia ahora se encuentran en Egipto. Reciben tierras, pero sigue el hambre. El hambre está por todo el mundo. Jacob entra a la presencia del faraón, quien le pregunta cuál es su oficio y él responde que es pastor de ovejas. Qué lindo que esta imagen del pastoreo es siempre lo que nos muestra el liderazgo en el pueblo de Israel. Es por eso que Jesús es el Buen Pastor. Más adelante lo iremos descubriendo, pero hoy Jacob se presenta y dice que ha habido momentos malos y buenos en su vida, pues me imagino que es la misma respuesta que nosotros podríamos dar, y tras esta presentación sigue la narración del hambre que hay en Egipto, cómo todo el mundo vende su ganado al faraón, como dan sus tierras y ¿quién hace de intermediario? Por supuesto José, quien adquiere tierras y ganados para el faraón.
Y ya cuando Israel está a punto de morir, hace prometer a José que lo enterrará en su tierra y no en Egipto. Así que vamos a seguir hoy viendo cómo Israel va a bendecir a los hijos de José, a Efraín y a Manasés. Y siendo ya, él viejo y, estando a pocos días de su muerte, José los lleva a sus hijos, a Manasés y a Efraín, y éste le da su bendición poniendo la mano derecha sobre Efraín, que era el menor, pero José trata de corregirlo y Jacob dice que no, que no lo corrijan porque es Yahvé quien le ha mostrado a quien le tiene que dar esa bendición.
ORACIÓN INICIAL
Padre de amor y misericordia te damos gracias por esta palabra que nos regalas en este día. Te quiero pedir Padre misericordioso, que me ayudes, que Tú –qué haces elocuente la lengua de los niños– eduques también la mía y que infundas en mis labios la gracia tu bendición que es la del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo. Y oremos juntos para que hoy el Espíritu Santo abra nuestras mentes y nuestro corazón para que podamos gozar hoy de la Palabra de Dios en nuestras vidas.
PUNTOS CLAVES
Estamos de regreso con los Salmos y este es sin duda un salmo magistral, donde viene el rey David a decir que el Señor es nuestro bien y que no hay nada fuera de él. ¿Será que tú y yo podemos decir eso, que hemos puesto nuestra confianza en Yahvé y que todo lo que hacemos y todo lo que pensamos está puesto en sus manos? ¿Qué opinas tú de eso hoy?
Porque Job, aunque es un hombre de fe, está hoy teniendo un pequeño problema, una pequeña confrontación con Yahvé y está haciéndole reclamos. A veces nosotros también levantamos nuestra voz en contra del Señor y reclamamos por la suerte que nos ha correspondido o por la situación que estamos viviendo.
Uso la palabra “suerte” porque es algo coloquial en nuestro lenguaje español y hablamos de eso, pero realmente por la vida o las bendiciones o no bendiciones que estamos recibiendo es que a veces la reclamamos al Señor. Pero también tenemos que preguntarnos qué es lo que pasa, pues muchos de estos hombres que están hablando con Job, sus tres amigos y ahora este que estaba ahí presente, están pensando que todo el sufrimiento de Job es por culpa de sus errores y vemos que Job dice “no, no he cometido ningún error, he sido un hombre justo, he sido un hombre fiel a Dios”.
¿Y cuántas veces tú, que has sido fiel y justo ante Dios, te pasan cosas y no entiendes? Siempre cuando estamos buscando la respuesta de por qué cosas malas le pasan a gente buena, venimos al libro de Job y nos damos cuenta que a veces Satanás está haciendo su obra y haciendo que las cosas no florezcan y que nos vaya mal, pero no es que Dios lo haya causado. Muchas veces las cosas malas que pasan en nuestra vida son por nuestras malas decisiones, porque no hemos sabido discernir y hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas, o porque hemos tomado malas decisiones.
Y, si regresamos un poquito al libro del Génesis, hoy es muy interesante: Jacob frente al faraón, y por supuesto, su identificación como un pastor, como un hombre que ha venido simplemente porque hay hambre, porque hay necesidad, pero este hombre sabe que Yahvé es quien lo ha traído. Y ahora el faraón le ofrece que se pueda quedar, le ofrece tierras y Jacob se reconoce como ya un hombre viejo y que está cerca de su muerte.
Él [Jacob] se encuentra finalmente con ese hijo que había perdido, con ese hijo que había dado por muerto, y no estaba muerto. Estaba haciendo la voluntad de Dios. Estaba en un plan de Dios que fue doloroso para él, sí, fue doloroso para su padre, también. Por eso hubo lágrimas, por eso hubo encuentro, por eso hubo reconciliación, y hoy José recibe palabra de su padre quien le pide que, por favor, que cuando muera no lo deje en Egipto, que por favor lo entierre con sus padres, que lo entierren con quienes han recibido la bendición.
Y él mismo quiere pasar esa bendición hoy a José, por eso José lleva a sus hijos Manasés y Efraín ante su padre, y éste les da su bendición. Y algo curioso, pone la mano derecha sobre el hijo menor. La mano derecha siempre es la mano de la bendición, y aunque José trata de corregirlo, Israel dice, “tranquilo, sé lo que estoy haciendo, es Yahvé quién me lo ha mostrado así y yo daré la bendición, no como tú quieras, no como nos lo ha dicho el mundo, sino como Dios ha escogido que esta descendencia siga adelante y los dos recibirán bendiciones, pero hay uno que recibirá más.”
Así que con este capítulo 48 el Génesis nos damos cuenta de que Jacob da la bendición, pero también nos damos cuenta que él ha crecido espiritualmente, ha tenido un largo camino desde su juventud y podríamos pensar que en los últimos días de su vida recuerda lo que fue el inicio. Y para él resulta maravilloso observar que ha tenido un crecimiento espiritual. Así que hoy te invito a que pensemos lo que podemos aprender de Jacob. Tal vez tenemos que mirar que para nosotros tener frutos en el Espíritu Santo tenemos que esperar a que este Espíritu se desarrolle, lo cual nos ayudaría a entender que todos los días debemos ser agradecidos con Dios por esa posibilidad de saber que él está tocando nuestras vidas, que su Espíritu está con nosotros, y pedirle que nos regale paciencia para que todo esto sea posible. También deberíamos agradecerle todos los días a Dios que él no intervenga con nosotros como nosotros lo haríamos imponiéndonos o haciéndolo con tanta fuerza, o tratando de forzar ese crecimiento. Dios trató a Jacob con mucha paciencia, y así Dios te trata a ti y a mí hoy. Él es muy paciente, él se ocupa de ti, se ocupa de mí, pero es en un ritmo que Él cree que es conveniente.
Por eso te invito a que te imagines cómo se llenó de alegría el corazón de aquel anciano cuando vió a su hijo José, a su hijo favorito, y no sólo lo vió a él, sino lo vió con sus dos hijos, con sus nietos. Jacob nunca habría soñado que vería otra vez a José y mucho menos que vería a su descendencia, pues lo creía muerto. Sin embargo, hoy lo pudo ver elevado a un importante cargo, y lo vio en Egipto, en el país que le iba a calmar el hambre ¿Quién se iba a imaginar que Dios estaba actuando en el silencio de la vida de Jacob? Jacob era ya anciano y estaba a punto de morir, pero cobró fuerzas y se sentó cuando supo que su hijo estaba vivo.
Así que démosle gracias a Dios, a ese Padre todopoderoso que nos sigue bendiciendo, que cada uno de nosotros, sin importar qué trayectoria de vida haya llevado, reconozca en fe cómo hay que poner nuestra confianza en Dios, cómo no debemos jactarnos de nosotros mismos, cómo no debemos confiarnos de nuestra juventud, sino ser inteligentes y seguir por el camino dejando que Dios lleve nuestras vidas, que él lo controle todo, y que podamos recibir sus bendiciones.
ORACIÓN FINAL
Pero antes de despedirme quisiera pedirles a ustedes que por favor oren por mí, para que sea fiel al ministerio que se me ha confiado, para que pueda vivir con fe en lo que leemos, para que pueda enseñar la verdad y cumplir lo que he enseñado. Y que la bendición de Dios todopoderoso que es Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y los acompañe siempre. No te olvides que puedes alabar, bendecir y predicar con la Palabra de Dios. ¡Que Dios te bendiga!
PARA MEDITAR
¿Puedes decir que has puesto tu confianza en Yahvé y que todo lo que haces y todo lo que piensas está puesto en Sus manos? ¿Qué opinas tú de eso hoy?
Reconoce en fe cómo puedes poner tu confianza mucho más en Dios y menos en tus propios medios ¿Qué te está pidiendo el Señor que dejes en Sus manos hoy?
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Gn 47, 30-31
2150 El segundo mandamiento prohíbe el juramento en falso. Hacer juramento o jurar es tomar a Dios por testigo de lo que se afirma. Es invocar la veracidad divina como garantía de la propia veracidad. El juramento compromete el nombre del Señor. “Al Señor tu Dios temerás, a él le servirás, por su nombre jurarás” (Dt 6, 13).
2151 La reprobación del juramento en falso es un deber para con Dios. Como Creador y Señor, Dios es la norma de toda verdad. La palabra humana está de acuerdo o en oposición con Dios que es la Verdad misma. El juramento, cuando es veraz y legítimo, pone de relieve la relación de la palabra humana con la verdad de Dios. El falso juramento invoca a Dios como testigo de una mentira.
2152 Es perjuro quien, bajo juramento, hace una promesa que no tiene intención de cumplir, o que, después de haber prometido bajo juramento, no mantiene. El perjurio constituye una grave falta de respeto hacia el Señor que es dueño de toda palabra. Comprometerse mediante juramento a hacer una obra mala es contrario a la santidad del Nombre divino.
2155 La santidad del nombre divino exige no recurrir a él por motivos fútiles, y no prestar juramento en circunstancias que pudieran hacerlo interpretar como una aprobación de una autoridad que lo exigiese injustamente. Cuando el juramento es exigido por autoridades civiles ilegítimas, puede ser rehusado. Debe serlo, cuando es impuesto con fines contrarios a la dignidad de las personas o a la comunión de la Iglesia.
Sal 16, 9-10
627 La muerte de Cristo fue una verdadera muerte en cuanto que puso fin a su existencia humana terrena. Pero a causa de la unión que la persona del Hijo conservó con su cuerpo, éste no fue un despojo mortal como los demás porque "no era posible que la muerte lo dominase" (Hch 2, 24) y por eso "la virtud divina preservó de la corrupción al cuerpo de Cristo" (Santo Tomás de Aquino, S.th., 3, 51, 3, ad 2). De Cristo se puede decir a la vez: "Fue arrancado de la tierra de los vivos" (Is 53, 8); y: "mi carne reposará en la esperanza de que no abandonarás mi alma en la mansión de los muertos ni permitirás que tu santo experimente la corrupción" (Hch 2,26-27; cf. Sal 16, 9-10). La Resurrección de Jesús "al tercer día" (1Co 15, 4; Lc 24, 46; cf. Mt 12, 40; Jon 2, 1; Os 6, 2) era el signo de ello, también porque se suponía que la corrupción se manifestaba a partir del cuarto día (cf. Jn 11, 39).
COMENTARIOS ADICIONALES
Gn 48, 6
Jacob tuvo doce hijos, y con los hijos de José convirtiéndose en los patriarcas de dos tribus, habrían sido trece tribus; sin embargo, la tribu sacerdotal de Leví no recibiría su propia tierra ya que tenían la única misión de servir a las doce tribus de Israel. (Comentario Biblia Didajé)
Gn 48, 12-20
Esta descripción sugiere un rito de adopción formalizado. Al adoptar a Efraín y Manasés, Jacob les hizo sus propios hijos, y serían contados entre las doce tribus de Israel. Análoga a la propia historia de Jacob de obtener derechos innatos de Esaú, Jacob dio la mayor bendición al más joven de los dos muchachos.Dios usa aparentemente acontecimientos insignificantes para cumplir su voluntad. (Comentario Biblia Didajé)